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Pepe Rei sigue en la carcel con su salud deteriorada
Garzón podría clausurar temporalmente la Revista Ardi Beltza

El 2 de marzo, un día después de que Rei comunicara a su familia que no se encontraba bien, el director de Ardi Beltza sintió un fuerte dolor en el pecho, y tras ser atendido en la enfermería de la prisión, fue ingresado en la sección penitenciaria del madrileño hospital 12 de Octubre, aquejado de una dolencia coronaria. Allí permaneció, bajo estrecha vigilancia policial hasta el día 15, cuando recibió el alta médica y fue conducido de nuevo a la cárcel de alcalá Meco esposado, en camilla y en una ambulancia custodiada por ocho policías, a pesar de que el médico del hospital había ordenado "evitar, en la medida de lo posible situaciones de estrés físico y psíquico". El 30 de marzo, el medico de la prisión visitaba al periodista y le informaba que, conforme al resultado de las pruebas realizadas en el hospital, "sufre un riesgo de infarto (..) debido a la situación de estrés en la que se encuentra por su estancia en prisión". Ese mismo día, el abogado defensor de Rei se presentaba ante el juzgado de instrucción nº 5 de la audiencia nacional para presentar los informes médicos e informar al juez de que el periodista no podría personarse en la comparecencia fijada por garzón para el 2 de abril. El juez pese a todo ordenó el traslado en ambulancia del preso.

La comparecencia

En esta comparecencia, que tuvo gran cobertura mediática, el juez, tras tomar de nuevo declaración al periodista le notificó que ratificaba su encarcelamiento y que, a propuesta de Enrique Molina, fiscal del caso, ampliaba su procesamiento por "colaboración" a "pertenencia a banda armada". Todo parece indicar que esta ampliación de la acusación es un trámite que viene obligado por ley para poder llevar a cabo el cierre de Ardi Beltza. Uno de los supuestos en que el artículo 129 del código penal posibilita la clausura temporal, que se puede prolongar durante cinco años, de un medio de comunicación es aquel que media la acusación de "pertenencia a banda armada" por lo que la anterior acusación no era suficiente. Todo esto, como es habitual en Baltzar Garzón, que primero informa a la prensa y después al acusado, ya lo había hecho público el juez varios días antes al difundir a través de todos los medios de comunicación, un auto en el que justificaba su decisión y anunciaba que se disponía a clausurar la publicación. El juez afirma que Pepe Rei no realiza la labor periodística sino que existe una "simbiosis informativa causa-efecto" entre los contenidos de Ardi Beltza y los del boletín de ETA "Zutabe" y que la revista es la sustituta de "anteriores servicios de información" de la organización armada. Esta ideas ya las había expuesto el fiscal del caso que a mediados de marzo presentaba un escrito en el que afirmaba que "la revista se aprovecha de la especial protección que el ordenamiento jurídico español otorga a la libertad de expresión para su menoscabo, a través de la difusión informaciones dirigidas a deteriorar la imágen pública de todas aquellas personas e instituciones que, a su juicio, son un obstáculo par los fines de la organización". El fiscal inisite en que la utilización de "Ardi Beltza" por "el frente armado de ETA" se evidencia por la intervención de sus ejemplares entre el material de que disponen sus miembros". Al respecto se da la curiosa circunstancia de que todos los ejemplares de la revista fueron exhibidos sistemáticamente en vídeos y fotos policiales justo hasta que el periodista fue detenido. Después, en las demás operaciones contra ETA no ha vuelto a aparecer ningún ejemplar. Asimismo ninguno de los aludidos en las informaciones contenidas en los quince numeros editados de la revista ha presentado denuncia por calumnias o por lesiones al honor.

Preso por escribir

Por su parte, en un comunicado, el colectivo de trabajadores de la revista subrayó que Ardi Beltza "es periodismo, ni más ni menos". Ante las acusaciones vertidas por el juez en su último auto, recuerdan que la publicación "cumple a rajatabla todos los requisitos legales" que se distribuye mediante suscripción, la reparte Correos y que cuenta con cerca de 12.000 abonados, entre ellos instituciones públicas, organismos culturales, políticos y sindicales, así como numerosos medios de comunicación. Por ello l@s trabajador@s de Ardi Beltza exigen que se respete su derecho a ejercer la profesión periodística, así como el de sus lectores a recibir la información que libremente han decidido adquirir. Asimismo exigen la puesta en libertad inmediata de Rei "preso por el "delito" de escribir".

En el aspecto judicial Garzón ha concentrado en sus manos todas las causas abiertas contra el periodista. A primeros de marzo se hacía público que el juez de la audiencia nacional Ruiz Polanco desestimaba las recusaciones presentadas contra Garzón por Pepe Rei y cuatro imputados en el "casoEgin". El objetivo de las recusaciones era apartar de la instrucción de la causa a ese magistrado, en el caso de Rei por la enemistad manifiesta del juez contra el acusado. Por otro lado, el titular del juzgado nº 6 de la Audiencia Nacional, a quien correspondía la instrucción de una denuncia presentada en noviembre de 2000 por varios periodistas contra la revista Ardi Beltza y su director por supuestas amenazas al haberlos citado en el video "Periodistas, el negocio de mentir", ha decidido inhibirse del caso y pasarselo a Garzón.

Pepin

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