Tío, así es la vida de los míos

"Es curioso, justo cuando crees que lo entiendes todo, con un latido de corazón todo vuelve a cambiar. Resulta que durante todos aquellos años que había estado esperando ese ataque repentino, yo me había convertido en el enemigo, y cuando por fin llegó el enemigo que había estado esperando me liberó. Sí, era un cambio. Ahora cuando contemplo el océano ya no espero ni submarinos nucleares ni ataques extraterrestres, ahora ya puedo ver China y espero que ellos puedan vernos a nosotros."

El final de la violencia, Wim Wenders

No son ya nuestros cuerpos los que están tomados sino las vidas de cada uno de nosotros como individuos vivos, nuestros espíritus, nuestras conciencias. El poder se ha hecho un con-nosotros y es por ello que no podemos discernir entre amigos y enemigos, que no importa siquiera quién es amigo y quién enemigo porque, pese a todo, todos vivimos.Ya ni siquiera refugiarse en uno mismo tiene mucho sentido porque podemos encontrarnos a un policía en la alcoba.
Todos moldeados a imagen y semejanza del poder, su rostro y el nuestro se confunden cada vez más. Ese policía se parece mucho a mí, y el uniforme, su marca, se deja en casa durante las misiones importantes. Entonces, todo se vuelve paranoia en este baile de disfraces, punks más punks que ningún punk aparecen de pronto en una okupación y aquel chico simpático hace muecas sospechosas.
Procesos largos de infiltración minuciosa nos llevan a esta soledad tan acompañada.
Al principio fue la gestión de los cuerpos. Localización de cuerpos en línea, piezas engarzadas en el entramado global del poder. Un Estado fuerte ribeteado por las grandes fábricas de creación y sometimiento de cuerpos. De todas maneras la policía nace ya en la calle, ella actúa sobre todo y lo sabe todo de todos en cada momento y en cada lugar donde haya un cuerpo: poder político que acude a lo infinitamente pequeño, la policía siempre ha estado muy cerca de los hombres, moviéndose con ellos entre la discreción y la amenaza.
Recrear el tiempo fue el siguiente paso. Cualquier cuerpo sin rostro puede poner un palo en las ruedas del tiempo del poder. Son necesarias ingenierías globales para mantener un delicado equilibrio en las variaciones infinitas de cuerpos que viven. Si tan sólo pudiera anularse el azar que amenaza con pequeñas rupturas el continuum del ejercicio del poder. Si un día amaneciera la ciudad de los cuerpos sin futuros imprevistos. Dispositivos de seguridad sobre la masa, pautando los ritmos regulares de sus procesos de vida (nacer, procrear, envejecer en la llanura de la seguridad). Se ha trabado un seguro sobre la población, se hace vivir y se está a su lado en cada uno de los procesos fundamentales de su vida. El poder hace un zoom, contempla el paisaje desde el pico más alto para immediatamente romper la distancia y pegarse a nuestras vidas.
No hay un tiempo fuera del tiempo de la vida y ésta ahora ya no es cosa nuestra, el poder se ocupa de ella. Te aseguro que vas a estar seguro, que vas a vivir. Y ¿quién sino la policía podía estar ahí, convirtiendo las secuencias de hombres en un puro presente sin acontecimientos?
La última conquista fueron las almas. Los cuerpos ya tienen rostro y sus miradas delatan un interior. La vida de cada individuo, su cuerpo y su espíritu son llamados a la presencia. Uno detrás de otro, el poder nos atiende en sus mostradores, y es que, ¡qué promesas de riqueza y tesoros se adivinan en el interior de los hombres! Nos ama a todos por igual y nos acoge como un terapeuta compre(he)nsivo, quiere hacer de nosotros hombres completos ante su mirada. Todo el espectro de razas y colores le interesa. Como en un surtido de galletas es privilegiada la consigna de la variedad. Activa y reactiva en nosotros formas de subjetividad posibles, experimenta con nuestros afectos siguiendo mecanismos ora de congelación ora de calentamiento.
Diseñese usted mismo sus propias formas de resistencia. Riguroso e implacable, rígida su expresión, se pone frente a nosotros y espera nuestras estocadas. Las fuerzas salen a la luz y son contempladas con el interés de un científico. Creadas, medidas y obviadas o reprimidas, diferentes formas de resistencia son experimentadas en las pistas de pruebas del poder. Comprensivo y protector, nos sonríe y se acerca a oler nuestras complicidades para capturarlas o destruirlas. Cuántas asociaciones, grupos y grupúsculos le deben su vida al poder. Amante del coleccionismo acumula largas listas del socius que se exponen cada tanto en las plazas públicas (asociación de deprimidos, grupo de defensa de los cangrejos pardos de las islas Seychelles, payasos, inventores y mercachifles sin fronteras... sonsonete dulzón e interminable del poder). A veces se aparta discretamente (cual niño que cuenta hasta cien con el rostro contra la pared jugando a pilla pilla) para dejar florecer nuestras virtualidades, creaciones creadas y recreadas para y por el poder.
Maniobras y estrategias del poder, con un único fin, favorecer nuestro olvido. El poder quiere que nos olvidemos de él. Padre discreto que deja a los niños jugar solos. Somos todos ya muy mayores y el poder puede dejar la escena para siempre, ya está en nosotros, en cada gesto, en cada mirada, en cada conciencia, en cada sujeto y en todos a la vez. Pero ¡ay de él! que en este último movimiento ha apostado muy fuerte. Nuestros ojos ávidos de imposibles contemplan ahí un paso en falso del poder (¿será esto posible?). Porque ese olvido por sí mismo del poder, puede ser también un olvido para sí mismo. ¿Dónde está el salto cualitativo entre poder y resistencia en los juegos por los largos pasillos de la immanencia gris? ¿Y si esa resistencia de diseño rutilante sirviera de manto a otras formas de imprevisibilidades resistentes? El cristal se venga.
Pero nosotros también estamos perdidos, ¿dónde ponernos , dónde anclarnos para amenazar al poder? ¿cómo atraparlo en su vaivén de masa pegajosa e inaprehensible? Quizá en algún sitio hallemos un rastro, una huella de esa huída del poder. El fin de la última maniobra ha sido rápido y complejo, el poder no se ha perdido porque su verdad, su única verdad se ha filtrado en un secreto. Se ha clausurado la estrategia de la seguridad, pero una reserva del poder se ha guardado en una botella lanzada al mar de la seguridad.
Nuevas estrategias de conocimiento (o quizá las estrategias más antiguas mutadas a formas nuevas) navegan en algún lugar (o quizá en todas partes). Analizar ese secreto del poder va a ser pues nuestra misión.

Volver a Indice