Simulacro

La falta de resistencia no es muerte sino exterioridad pura: naturaleza, comunidad de hormigas, Babilonia. Vencida la resistencia -porque ya no se enuncia, porque no puede manifestarse- la interioridad, el sujeto, deviene algo de orden imaginario: un simulacro. Simular la subjetividad, el antagonismo político: he ahí el Estado de los Partidos.
Más allá del simulacro: sólo una resistencia pronunciada socialmente hace política, como sólo un dolor que se afronta en común es religión. Dios ha muerto. La política, también.

Volver a Indice