Viaje en metro

¿Pero es que no llega un momento en que mandarías todo a tomar por saco?: ¡Socooooorro, dejadme en paz de una vez! Se les cae la paz de la boca a la mínima que divisan una cámara o un micrófono, pero a mí por qué no me dejarán tranquilo. ¡Que no, que no he dicho tranquilizantes, que no quiero tranquilizantes, que se tranquilice tu padre, cabrón! Cabrón de mierda, ¡pero qué me dices que me esté tranquilo, será cabrón! Paf. Toma, toma, paf. Paf. Tranquilo tu padre, nenemierda, y ahora corriendo al trabajo, venga, ganao, que no eres más que ganao. Pero hay que poner buena cara en el metro aunque el mismo no se preste demasiado. Hostia, qué triste está el metro, parece un tren de ganado, pero yo tengo que vender mi mejor sonrisa. Joder pero por qué yo no me encontraré nunca a unos terroristas en el metro hostia "¡hey hey que me quiero unir a vosotros!" les diría. Estoy solo, no hay una tía buena para alegrarme la vista, no digamos ya la existencia. Mi cabeza está llena de objetos y de cifras inservibles. O no, o era al revés, que lo que son son solamente útiles y por eso no valen una mierda. Valor igual a cero. Mierda en un saco repleto y doliéndote las narices a rabiar. Si al menos tuviera una raya; pero entonces tendría que ser ya medio gramo, no no, un gramo, u... u... un gramazo, eso es. Pero ahora voy directo al curro y el colega seguro que está durmiendo como un vividor. Moriré de sueño, moriremos de sueño por cuatro chavos que no llegan ni para ponerse a gusto lo caro que está todo me cago en la hostia. Pero de horas extras ni hablar que me pierdo la serie de la tele. Hostia la Pati, tendría que ir a verla un día, llevo años sin verla. Diría que llevo años en este puto vagón, y sin dormir. Si al menos me dejara el sueño en algo que valiera una mierda, algo, unos terroristas, sí, mejor islámicos, de esos que se lo cargan todo, el capitalismo, mi jefe, el otro jefe, y el otro, ah, y el jefazo, y el otro, y luego ya, el super super. Hostia ahora sube alguien. Hostia hostia es una tía, igual está buena, bueno, cuando se siente aprovecharé como quien no quiere para mirarla y mandarle un saludo en código cifrado, le diré, ah sí, le diré si quiere hacerse terrorista conmigo, y luego iremos a hacer pruebas de tiro y, y, cuidado no me apuntes, no, a mí no. "¡Hostia!" -grito entonces en el metro, y todos me miran. Pero es que la calidad repugnante de su fealdad me ha puesto al borde del abismo. Qué susto, casi se me pasa el sueño, hostia. Ahora se me pone dura, aquí, y después de ver un, no, una monstruo; joder igual me estoy volviendo un poco rarillo con toda esta mierda, pero este rabo está ya a punto. żY si le digo algo a la monstrua y vamos al lavabo? Pero seguro que de camino allí, sólo del miedo ya se me pasaría la calentura y esta hinchazón que ahora se aprieta entre mi pierna y mi pantalón.

Volver a Indice