La Caosmética de L'Oréal

La máquina del maquillaje está trucada. Tiene un motor que no envejece y no contamina. El barro no la ensucia porque vuela sobre las calles a trescientos por hora. Viaja por el carril catódico junto al tráfico metropolitano y sonríe. Es la cosmética de lo real. Transforma los peatones en palomas y los semáforos en mariposas.

La cosmética maquilla el cosmos. El cosmos jorobado y enano. El cosmos rugoso y forunculoso. Adorna y ordena. Unta crema de optimismo donde sirve. Donde no sirve nos recuerda que hace falta poco para perder la gracia y el decoro. Quien quiere presumir tiene que sufrir. Y vigilar. Para no dejarse engaņar por la vejez.

La caosmética es el arte de desarreglar el maquillaje. Decorar la joroba y poner grandes sombreros sobre las cabezas de los enanos. Adornar con flores las barrigas sobresalientes y dar color a las arrugas. Hacer madurar los forúnculos y reír a los desdentados. Cultivar una selva de pelos especialmente sobre las manos. Para hacer más sueve el saludo y trucar las cartas en el juego de L'Oréal.

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