ESTO NO ES UN PERIÓDICO, ES UNA... OCUPACIÓN
Enero 1998    www.anet.fr/-aris/ecn/occupation/
EDITORIAL
Aris Papathéodorou
Pierre Peronnet
Ludovic Prieur

¡Esto no es un periódico, es una ocupación! Una toma de la palabra no autorizada. Una superficie de papel rotativo investido para expresar los resquebrajamientos que recorren actualmente lo real. Mientras la ocupación ha sido para parados y precarios el modo de investir el espacio público con el objetivo de hacer oír su revuelta, hacía falta que ésta se extendiese a la palabra, a las imágenes, a los signos... es este nuestro desafío...
 


La revuelta de parados y precarios ha sorprendido a todo el mundo. No sólo porque ya nadie, o casi, esperaba ver a los "dejados de lado" del nuevo curso de la economía capitalista, sacudirse su somnolencia y su sumisión, sino, sobretodo, porque nadie esperaba que se pudiese plantear, de un modo tan virulento y radical, la cuestión de la renta, en otras palabras, la cuestión del reparto de la riqueza social.
De ocupaciones de sucursales ASSEDIC a bloqueos de TGV, de ocupaciones de edificios simbólicos a manifestaciones o picnics en supermercados, la campaña de protesta se ha ido transformando en un verdadero movimiento social. Entorno a la reivindicación de una "extra de Navidad" para los parados, la demanda de revalorización de los "mínima sociales", la extensión del RMI a aquellos que están excluidos del mismo (en particular los menores de 25 años), un conjunto heteróclito de "sujetos sociales", de recorridos individuales y de destinos colectivos, han cristalizado para dar cuerpo a una revuelta no solamente legítima, sino también de una increíble modernidad.
Obreros despedidos en el curso de las grandes oleadas de reestructuración y hoy condenados a sobrevivir con el subsidio de los parados de larga duración - el más bajo de todos -, jóvenes precarios que jamás han conocido un contrato de trabajo superior a los 6 meses y que no tienen ninguna posibilidad (y quizás ningún deseo) de encontrar un trabajo fijo, antiguos ejecutivos en su día afectos a la empresa -que a menudo no han hecho una huelga en toda su vida- forzados a sobrevivir desde ahora con un RMI, o incluso asalariados de PME-PMI descolgados por la coyuntura y obligados a un equilibrismo entre "ayudas sociales"... Imágenes estereotipadas simples, ver simplistas, pero en última instancia tan expresivas para describir las múltiples figuras de la actual precariedad que hoy se han puesto en movimiento.
Lo que comparten todos es, en primer lugar, el hastío de tener el "pan nuestro de cada día relativamente semanal" -para retomar la hermosa expresión de Jacques Prévert-, aunque también el deseo de recibir  "su parte" de una riqueza social de la que son expropiados, y que se exhibe indecentemente en los miles de millones ofrecidos al Crédit Lyonnais para sufragar sus derivas financieras, o esos otros miles de millones ofrecidos a la patronal a condición de una improbable creación de empleos... Es el hecho de incidir, por su rechazo a ser dejados de lado del nuevo curso del capital, en una de las contradicciones esenciales de nuestra sociedad donde la necesidad de trabajo se rarifica al tiempo que, éste, continúa siendo, mal que bien, patrón y medida de ciudadanía.
 


El desafío de esta publicación única es, a imagen de este movimiento, el de entreabrir un espacio de expresión y de confrontación. Un lugar de reencuentro entre la palabra en lo cotidiano de la lucha -aquella que se expresa en las octavillas, los esloganes, los comunicados, las declaraciones- y palabras, conceptos e hipótesis de intelectuales y de militantes. Un instrumento de captura de esta inteligencia social que ha recorrido  ya más de siete semanas de lucha...
"Esto no es un periódico, es una ocupación", decíamos al principio. Quizás deberíamos hablar de ocupaciones. Después de haber puesto en circulación 5.000 ejemplares en el movimiento, hemos llevado esta palabra más lejos, a la Europa de Maastricht, a través del cotidiano italiano Il Manifesto. Hoy ocupamos Les Inrockuptibles. Mañana quien sabe...