Germinal

El autor
Mi nombre es Rodolfo Schönhals Fischer, de Paraná, Entre Ríos, Argentina. Soy usuario de Software Libre y también un crítico del movimiento, Administrador y miembro activo de LUG Paraná, Gerente de proyectos en Oro Verde Digital -empresa que brinda soluciones tecnológicas con Software Libre- y Jefe de sistemas en una empresa de transporte de pasajeros. He probado muchas distribuciones de GNU/Linux, pero mi preferida es Gentoo. Finalmente, quisiera agradecer a Romina Suárez Ríos por haberse tomado el trabajo de corregir el relato.



Es inevitable para mí volver a experimentar esa confusión de emociones y recuerdos que marcaron mi vida. Es un espantoso trabajo el tener que escarbar la memoria, en busca de cosas que prefieren ser olvidadas. Soy consciente que este ejercicio de introspección puede causar irreversibles daños en mi estructura psíquica, endeble ya de por si. Quisiera no tener que hacerlo, pero mi sentido del deber para con la sociedad libre es superior a cualquier excusa que pudiese argumentar.

Si me preguntan como sucedió todo esto no sabría que responder, ya que fui tan solo un peón en el tablero del destino, y lo que surgió con un simple "¿Qué sucedería si...?", desembocó en un desenlace inesperado para muchos.
Hoy se me pide hablar de La Gesta en un sentido anecdótico, lo que creo francamente imposible y hasta ofensivo. Los historiadores libres escriben sobre ella desde un punto descarnado, y algunas veces hasta se aventuran a emitir críticas sin el debido respeto. Si se me permite, no hablaré de La Gesta en sí, sino del Germinal. Mientras yo viva no habrá historiador con la suficiente autoridad para refutar mis palabras. Creo que desde ese collage de emociones, ustedes podrán obtener matices desconocidos por los historiadores.
El Germinal se sitúa a principios del siglo XXI en un contexto sociocultural opresivo. Una empresa llamada Megs, mediante sobornos y acuerdos económicos, logró convencer a los fabricantes de hardware para incorporar en los nuevos modelos un chip de validación de software llamado Eye. También convenció a los líderes políticos mundiales con la excusa de que con Eye, los hackers no tendrían poder de acción debido a que las nuevas computadoras ejecutarían programas válidos y verificados. A la población se le aseguró que ya no existirían los virus, ni cualquier otro software indeseable.
Durante el período de transición el software libre funcionó sin problemas, el grueso de los usuarios comenzó a adquirir el nuevo hardware, con la esperanza de no tener que lidiar con software indeseable nunca más. La transición duró aproximadamente 10 años, es decir, hasta que el hardware anterior comenzó a fallar. Luego de esto, los antiguos posix comenzaron a tener fallas inexplicables, al punto tal que sus errores eran tanto o más frecuentes que el sistema operativo de Megs: el Black Hole.
Hubo un grupo de gente, entre los que me incluyo, que persistió en el uso de software libre sufriendo sorpresivos cuelgues y errores que rayaban la locura. Hasta que un buen día, todo sistema operativo que no fuese Black Hole, dejó de funcionar. Megs había dispuesto que sólo el software autorizado por ellos podía correr en el hardware. Si alguien desarrollaba una aplicación nueva, debía pedir el permiso de ejecución a Megs, previo pago por adelantado del derecho de funcionamiento. Lenta y gradualmente los gobernantes fueron tomando conciencia de que habían sido engañados, al tener que ajustar los presupuestos nacionales para pagar las cada vez mas onerosas licencias de uso. La mayoría de las naciones del mundo, algunas de ellas potencias, contrajeron deudas astronómicas con la empresa. El mundo iniciaba un lento declive hacia la hambruna y pobreza. Haciendo uso de cláusulas contractuales a las que nadie le dio la debida importancia en su momento, Megs comenzó a adueñarse de los recursos de las naciones en concepto de pago por las deudas contraídas. Los estados perdieron su soberanía, los gobiernos su poder y las masas su libertad.
Ahora, si de alguien deberíamos estar agradecidos, es de Megs, por más que resulte extraño. La corporación realizó un trabajo de unificación mundial borrando fronteras y creando un único idioma electrónico. Así mismo, logró acaparar todos los ejércitos mundiales, los recursos naturales, productivos y económicos.
La ambición de Megs nos hizo más fácil el trabajo. Como el gigante con pies de barro que Nabucodonosor vio en su sueño, Megs se basaba en software, creación que es humana, y por lo tanto plausible de fallar. Mas allá del sufrimiento que vivíamos, teníamos la esperanza de que un desarrollo catedral tendría una falla importante, de la que podríamos tomar ventaja. Mientras nos esforzábamos en encontrarla, Megs publicó una nueva versión de Black Hole, la que incorporaba una corrección a un fallo de validación. La ambición de la corporación era tan grande, que intentó cobrar por la corrección aún cuando el error era de ellos. La mayoría de los usuarios decidió no adquirir la versión corregida y Megs misma se encontró en una encrucijada, ya que no podían desactivar los Black Hole anteriores, debido a que no podía arriesgarse a perder el control de los recursos mundiales. El fallo consistía básicamente en que Eye permitía la ejecución de aplicaciones convenientemente modificadas, dado que la validación la realizaba comparando el hash estático de la aplicación contra el banco de datos de aplicaciones seguras, ubicado en Megs. Este fallo nos dio la esperanza de poder finalmente burlar el maldito Eye.
Sabíamos que podíamos ejecutar las modificaciones sobre aplicaciones correctas, pero esto no nos servía para correr un sistema operativo completo, a menos que pudiésemos encontrar el patrón de generación del hash de validación y engañar al Eye. El único modo de obtenerlo era mediante computación distribuida sin despertar sospechas. Descartamos el crear un virus ya que aún no teníamos el patrón de validación, y nos decidimos por algo mas interesante y divertido: un juego de rol multijugador On line. Nuestro amor por el software libre nos llevo a tomar la decisión de juntar nuestros pocos ahorros y comprar un viejo y adictivo juego de rol. A diferencia de muchos otros, el nuestro era gratuito, y el mantenimiento de los servidores nos insumía mucho tiempo y dinero. Modificamos intencionalmente los clientes con el fin de que en el mismo contexto de práctica, se ejecutasen los cálculos matemáticos necesarios para descifrar el patrón de validación. En menos de un mes tuvimos más de trescientas mil descargas del juego, lo cual nos obligó a contratar un mayor ancho de banda y adquirir mayor equipamiento. A los tres meses del lanzamiento, teníamos más de 2 millones de usuarios conectados a nuestro juego, accediendo a 20 servidores sobre-exigidos. Con semejante cantidad de clientes, lanzamos a nuestra red los datos a calcular, y en menos de un mes no sólo teníamos el patrón de validación, sino también el algoritmo de generación. Cuando obtuvimos esta información pensamos en sacar de circulación el juego, pero decidimos posponerlo, ya que también nos habíamos hecho de contactos con otros usuarios libres que como nosotros se encontraban a la búsqueda de poder saltar la validación de Eye. El crecimiento del juego era tan impresionante, que decidimos abrir su uso a otros mediante el pago simbólico de una licencia. Esto nos permitió descomprimir nuestro presupuesto y a la vez iniciar una red de comunicación entre otros usuarios. Nacía la Alternet.

Con la información para burlar el Eye, nos pusimos a trabajar en la modificación del código principal del juego con el fin de crear una plataforma comunicacional entre los servidores que de a poco iban distribuyéndose. El juego se esparcía sobre el globo dándonos a nosotros la posibilidad de extender nuestra red privada a casi cualquier parte del mundo. Cuando la primera versión de Alternet surgió, el juego se había diseminado por doquier. A los ojos de Megs esto fue muy redituable, ya que los usuarios adquirían mejor equipamiento para poder jugar y escapar así a la horrible realidad cotidiana. Ya con la Alternet funcionando, y habiendo establecido vínculos de confianza, dividimos las tareas. Un grupo de usuarios se dedicó a la reescritura desde cero de un viejo kernel, adaptándolo a las nuevas arquitecturas y al Eye. Otro se dedicó a escribir y mejorar la plataforma de Alternet en materia de seguridad y rendimiento y finalmente otro grupo se lanzó a la codificación de un rootkit que tuviese la capacidad de infectar y capturar cualquier Black Hole. En medio de nuestro trabajo, el destino nos sonrió. Megs había puesto sus ojos en el juego y nos hizo llegar sus intenciones de brindarnos parte de sus instalaciones para alojarlo, brindando al jugador una mayor velocidad de acceso y superior rendimiento mediante un pequeño pago mensual. Después de mucho debatir con la comunidad, accedimos al ofrecimiento, este hecho nos podría brindar posibilidades insospechadas. La empresa validó los ejecutables sin sospechar la trampa y nos dio vía libre a sus hiperservidores para que pudiésemos instalar el juego. De esta forma, el usuario medio jugaba en nuestros servidores libres y en los hiperservidores de Megs. Al usar sus hipernodos, alternet aumentó su rendimiento.

Dos años después del lanzamiento del juego, tuvimos lista la versión 0.1 de Sociedad Libre, un sistema operativo completamente libre con capacidad de engañar al Eye.

Mi puesto de director de proyectos me ocupaba casi todo el día, y no podía dedicarle mucho tiempo a mi esposa. Mis amigos se dieron cuenta de ello y se ocuparon de mis actividades por un par de días los suficientes como para disociar las actividades y dedicarme a descansar. Fue en ese paréntesis que mi esposa quedó embarazada.

Rápidamente Sociedad Libre se diseminó en toda la alternet y los usuarios libres de todo el mundo pudieron re-experimentar el placer de usar algo que funcionase bien. Tal como esperábamos, el rendimiento y velocidad de Sociedad Libre fue muy superior al de Black Hole.
Quizás, si no hubiesen sucedido un par de hechos importantes, el mundo de hoy sería muy distinto. Ni nosotros mismos pudimos sospechar que Sociedad Libre sería el percutor de una guerra santa sin dios, que nos conduciría hacia La Gesta.

En una secreta reunión con la clase política de mi pueblo, hicimos una demostración de Sociedad Libre. Realizamos pruebas de rendimiento comparativas entre los dos sistemas operativos. Lo que más les interesó fue que Sociedad Libre no costaba un sólo centavo. Casi eufóricos nos rogaron que realizásemos la migración en la municipalidad del pueblo, con el fin de eliminar todo rastro de Black Hole, y lo más importante, no tener que pagar las licencias a Megs.

Mientras realizábamos la migración, fuimos delatados por funcionarios de Megs. De inmediato la intendencia recibió órdenes terminantes de volver a instalar los Black Holes bajo penas graves, así como el permitir a Megs el análisis de Sociedad Libre . Ante la férrea negativa por parte de los municipales, Megs comenzó a retirar a todos sus funcionarios del área. Supusimos que se trataba de una estrategia de presión diplomática, sin siquiera sospechar de lo que ocurriría luego.
De mas está decir que la providencia me acompañó el día posterior al retiro de los funcionarios de Megs, ya que agobiado por las presiones, y a instancias de mi esposa, me fui de paseo a un arroyo cercano.

Lo que aconteció luego es de público conocimiento, ya que originó el movimiento social más espectacular y asombroso que cambió por completo el curso de la historia: La Jihad Ruriana.

La Gesta, que se inició como respuesta a los acontecimientos en el insignificante pueblo de Rur, mi hogar natal, se extendió como reguero de pólvora en todo el mundo. La toma por parte de un pueblo de sus propios recursos y equipamiento, eliminando todo rastro de Black Hole fue tan el desencadenante de una tragedia.

En una clara y radiante mañana, Megs deliberadamente bombardeó el pueblo, utilizando incluso pequeñas atómicas, por lo que la región de Rur es una región prohibida y contaminada hasta el día de hoy. Esta acción se transformó en la gota que rebasó el vaso, ya que no solo destruyó Rur, sino que con morboso sadismo, también televisó la masacre con lujo de detalles, como advertencia a cualquiera que intentase algo similar.

La intención de Megs fue la de eliminar tanto el software como sus desarrolladores.

No puedo describir, y creo que nunca podría, las emociones que me invadieron cuando la masacre comenzó. Primero fue un Pulso Electro-Magnético que en algún sitio del pueblo fue activado remotamente desde Megs. Esto lo pudimos corroborar después. Me di cuenta del PEM debido a que todos mis dispositivos electrónicos dejaron de funcionar. Minutos después pude divisar en el aire, pesados bombarderos abriendo sus macabros vientres sobre el pueblo. No creo que haya historiador que pueda llega a reproducir el horror, el espanto, y la desesperación en el área. Desde donde estábamos podíamos escuchar los gritos de los pobladores mientras ardían en llamas, victimas del napalm y el fósforo blanco. Finalmente, como broche de oro, dos misiles antibunkers con ojivas nucleares llegaron desde el cielo, levantando pequeñísimos hongos nucleares en el ya derruido paraje de Rur. No quedó nada vivo en el pueblo. Nada en pié y nada con vida. Mientras corríamos con mi esposa tratando de encontrar un lugar seguro, fuimos interceptados por una tanqueta de la infantería terrestre de Megs. Un scanner biométrico en la parte superior me analizó y en voz audible declaró: "Nix, instigador de la abominación". Fui capturado por los soldados, y mi mujer... no puedo, no puedo seguir...
Malditos hijos de puta. Verónica, con nuestro hijo en su vientre, fue acribillada a balazos. Enloquecí de ira, los odié a todos... mi esposa muerta... corrí hacia la tropa, intenté luchar con los soldados pero un golpe en la nuca me dejó inconsciente.

Cuando fui capturado por las tropas la Jihad había comenzado. Creo que el CEO de Megs no pudo siquiera predecir la magnitud de sus apresuradas decisiones. En cuestión de horas, luego de la masacre de Rur, y antes que la pesada burocracia de Megs reaccionase, todos los sistemas en sus oficinas centrales fueron infectados por Los Inocentes de Rur, un grupo con horas de fundación. Ante lo avanzado de la emergencia, el administrador senior del juego que teníamos alojado en la corporación, se arriesgó a probar en caliente la versión beta del troyano. En cuestión de minutos, todos los Black Hole de Megs cayeron bajo nuestro dominio. Con venganza enceguecida por el odio, resentimiento y el descontento acumulado a través de los años, Los Inocentes de Rur accedieron a los sistemas de ventilación y de seguridad, cerrando herméticamente las oficinas, para luego cortar el suministro de aire. Los funcionarios murieron lentamente, envenenados por su propio aire. Nadie escapó con vida. Luego, reprogramaron los sistemas de armamentos de Megs y los dispararon contra los cuarteles centrales de la empresa. Destruyendo así el monopolio comercial y político más grande del planeta, y dejando también al mundo en un estado de crisis, mezcla de odio y de miedo, es decir, la semilla para el nuevo orden político-económico en ciernes, el Mundo Libre. La Gesta había comenzado. Los gobiernos se dieron cuenta de la alta dependencia a la tecnología. El mundo reclamaba un nuevo orden. Querían libertad, paz y prosperidad. La pregunta era ¿Cómo hacerlo? Los líderes mundiales pronto reconocieron quienes eran los que realmente detentaban el poder. Poseíamos los medios, los recursos y la ética suficiente como para iniciar la transformación global. En medio del caos en el que el mundo estaba sumido, una nueva alianza surgió en el planeta. Se iniciaba La Gesta, que no fue ni más ni menos que el someter los viejos moldes de poder a los ideales del Mundo Libre.

Mi relato ha llegando a su fin, y creo que no tendría mucho sentido el hablar de la Gesta en este momento. ¿Acaso todo su desarrollo no se encuentra en la Historia Libre? Espero haberles dado un panorama certero y preciso de los acontecimientos del Germinal, y ruego que me disculpen si en algún momento he tenido algún exabrupto. La vida me ha enseñado que por más que pasen mil años, hay cosas que no se pueden olvidar.
Con esta introducción a la historia de la Gesta, les doy la bienvenida a ustedes aspirantes a la vida en la ¡Academia Libre!

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