Acerca del artículo de La Razón sobre la relación entre okupas y la violencia de ETA

Perplej@s e indignad@s hemos leído la información del periódico La Razón del día de hoy, en la que, en primera página de la sección de Nacional, se pretende que nuestro Centro Social sirve de soporte para actividades "proetarras". En un extraño popurrí de informaciones se relaciona más o menos directamente a las casas okupadas ­no sólo la nuestra­ con campañas antiperiodísticas -­intimidatorias o abiertamente violentas­ y se revela que nuestra amplitud de actividades comprende las demandas del "MRG, los anarquistas y los presos etarras". Todo ello se ilustra con una fotografía de la fachada de El Laboratorio en la que aparece en una ventana, entre otras pancartas y grafitis, una banderola que pide la reagrupación de presos vasc@s en Euskadi. El texto al que ilustra la foto pretende hacer significar que es "una pancarta a favor de los presos etarras" y sugiere que fue colocada la semana pasada, después del asesinato de tres personas con un coche bomba. Este último dato es falso, pero no nos parece, con todo, lo más importante, por más que nos adjudique el dudoso gusto de una pretendida alegría por estas muertes.

Nos parece vano tener que desmentir cualquier relación con la violencia en Euskadi o en cualquier otro lugar o los grupos que la ejercen o la apoyan. Nuestra práctica social y política no incluye ni atentados ni su justificación y no lo hace porque es radicalmente antagonista a esos modos de actuación. Eso deberían saberlo y pensamos que lo saben los periodistas que han redactado la información, pero sobre todo las fuentes ­ policiales ­ a las que se remiten: se preocupan tanto por lo que hacemos... Nuestra práctica política se centra en la construcción de espacios autogestionados, críticos y creativos, antiautoritarios y anticapitalistas, en ensayar y proponer materialmente modos de vida alternativos y comprometidos con el barrio y la ciudad en los que vivimos. Esa crítica incluye desde luego la situación de los derechos humanos de las personas presas (ya sean ladrones, violadores, estafadores, narcos, policías, vascos o etarras), entre un amplísimo abanico de preocupaciones que en efecto también comprende el proceso de globalización económica, además de la situación de l@s inmigrantes, la rehabilitación de Lavapiés, los derechos sociales y ciudadanos... y el facilitar lugares de encuentro, reunión y actividad a grupos diversos tanto sociales como artísticos, musicales o de investigación, desde una óptica abierta y plural, que en ningún caso acepta avalar o apoyar la violencia política.

El extraño pastiche informativo del periódico La Razón deja entrever conexiones ocultas de El Laboratorio. No las hay. Es gravísimo que el redactor no se haya preocupado de hablar con la gente del Centro Social u otra gente que conoce nuestras actividades en el barrio para orientarse mejor a la hora de hacer público su artículo: lo exige no sólo cierta deontología profesional, sino el sentido común en una situación como la que vivimos, a no ser que con las mentiras y medias verdades se pretenda crear un clima de sospecha sobre nuestro Centro Social. Nos tememos, asimismo, que este artículo pueda servir para legitimar (¿?) o marcar objetivos a las actividades violentas que grupos fascistas suelen llevar a cabo en este mes contra personas y grupos de la izquierda alternativa. El articulista, si no lo tuvo en cuenta, debería haber pensado en ello.

Asamblea del Centro Social El Laboratorio

Madrid, 7 de noviembre de 2000