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de Mil Mesetas
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Debate sobre la intervención de José Luis Pardo

Pregunta: Deleuze es el crítico de la Representación. Pero cuando habla de la filosofía del arte...¿es filosofía? ¿es arte? ...no me cuadra.

Pardo: El arte sería más bien aquella función por la cual los sentimientos, las funciones se separan tanto de los objetos que las producen como del sujeto que las siente. Un cuadro o una novela muestran por lo que están hechas. Serían más bien como sensaciones, en el sentido de que no se trataría de retratar lo que alguien sintió o de retratar el objeto al cual se le atribuye la sensación, sino de retratar la sensación misma como algo que está entre el Sujeto y el Objeto. En ese sentido ese desprender afectos, esa minihistoria de la pintura que hace Deleuze con Bacon, significa tres grandes líneas históricas que estaría Bacon pero también Miguel Angel o la pintura griega clásica etc. Ese interés por la definición del arte como un desprendimiento de las sensaciones a partir de objetos o sujetos tiene un sentido ético, en el sentido de que las obras de arte por ese contenido objetivo ambiguo son el modelo vivo de una componenda, en el sentido de que ninguna interpretación de una obra de arte cierra el trato. La obra de arte puede ser interpretada de muchas maneras, pero permanece es un estado de ambigüedad que no puede ser jamás cerrada por ningún trato. En el fondo la operación del artista de desprender los sentimientos, la angustia, el miedo, la pasión de los objetos, de los sujetos que la sienten, es una operación parecida a la del marxismo, en el sentido de que el marxismo habría desprendido la comunidad cualquiera de los trabajadores virtuales, a partir de la clase obrera efectiva y actualmente existente en el siglo XIX. La clase obrera existente en el siglo XIX es una metáfora de la comunidad virtual, y esa es la clase obrera a la que Marx se refería. Es al haber desprendido esa comunidad virtual de trabajadores que no tiene ninguna localización geográfica ni determinación temporal lo que permite algo así como el derecho de los trabajadores virtuales a hacer componendas, a no ser ahogados por el contrato de trabajo. Se desprende algo que seguirá conservando su virtualidad siempre que haya un trabajador asalariado. Los trabajadores asalariados concretos son metáforas de la comunidad virtual. Gracias a esa exigencia de que además de los contratos tiene que haber componendas, es posible respirar. En este sentido las obras de arte son posibilidades de respirar.

Pregunta: Pero es que me parece que Deleuze echa mano de concepciones artísticas tradicionales, ya que me parece que está más en consonancia con su filosofía, actitudes dadaistas, porque cuando habla, por ejemplo, del cine y hace sus dos libros, tiene más relación con su aportación filosófica anterior. Pero en ‘La lógica de la sensación’ y en ‘¿Qué es la filosofía? Creo que es una concepción del arte como muy tradicional.

Pardo: Ese apoyarse en obras de arte en la obra de Deleuze, no solamente en los trabajos de Bacon, es un decir de la obra de arte que enseña a la filosofía un modelo de cómo salir de la representación. Es en ese sentido que la obra de arte tiene una virtualidad y ¡claro¡ sí es tradicional porque ya Kant decía que el arte de la realización de la libertad en la naturaleza. Pero cuando Deleuze traza una línea común al cuadro... el informalismo ... tendrían tradición en la cultura occidental, estaría perfectamente ligadas a una determinada tradición que privilegia lo manual sobre lo óptico. De la misma manera que la tradición de la abstracción más geométrica, Mondrian etc. Estaría ligada a otra línea de tradición pictórica occidental que privilegia el ojo sobre la mano. Y luego habría una tercera, la de Bacon, que busca un modo de mirar que sea empírico-fáctico. Si esta línea es preferible a las otras dos es cuestión de gustos personales. Pero lo que es importante en este recurso a la estética es que una obra de arte se construye siempre en apelación a una comunidad virtual que no puede confundirse con una comunidad actual. Como una flecha dirigida a una pueblo, pero un pueblo, como dice Deleuze, que solo se puede pensar como un pueblo desaparecido, nunca como una comunidad o sociedad actual. Y eso me parece una victoria ética en el sentido de que el mito del juicio que puede suscitar una obra de arte nunca puede ser determinante, nunca puede obligar a una universalidad absoluta. Siempre puede haber alguien que pueda decir ‘yo no me siento de esa comunidad’ .

Marina: Como se hace un poco tarde y sería interesante que las tres ponencias que se han expuesto se discutieran, quería plantearte una cosa aunque puede hacer entrar en discusión las distintas cosas que se han dicho y es que un poco tu propuesta de leer ‘M-M’ fuera de la idea de la alternativa al hacer tu lectura bajo la traducción de componenda, me parece que la última ponencia ha sido otra versión de leer ‘M-M’ fuera de la idea de alternativa. Los compañeros del Laboratorio han presentado unas experiencias o experimentaciones que no ponen la máquina de guerra como un bien que se enfrenta a un mal y que no construyen para nada una noción de alternativa. Su tiempo-espacio funcionan bajo otras cosas que no son la de alternativa. Me gustaría que lo comentaras un poco.

Pardo: Comparar a Deleuze y Guattari para ver quien es más responsable de una cosa u otra, es odioso. Pero tiene una virtud pedagógica. ‘El Antiedipo’ es una idea de Guattari y cuando lo escribió tenía un pie puesto en cada uno de los brazos de la alternativa que el estado había planteado para recuperar el movimiento de Mayo del 68. Por un lado era sicoanalista, por otra parte era militante de la oposición comunista. Entonces para construir una barricada contra estas dos estrategias del Estado es para lo que recurre a Deleuze. ¿Quiere esto decir que Deleuze está menos comprometido? No . Está mucho más comprometido en ’El Antiedipo’ que Guattari. ¿Por qué? Porque todo el trabajo de Deleuze antes del ‘AD’ y de Mayo del 68 está dirigido a insistir mucho en que no hay que confundir lo virtual con lo actual. Que lo virtual tiene su propio modo de realidad diferente a lo actual, pero que es igualmente real y que este es un poco el caballo de batalla que hay que seguir. Entonces descubre que hay una afinidad entre la herramienta filosófica que él ha fabricado y esa revolución molecular. Ahí es donde se sitúa el ‘AD’ en el descubrimiento de esa afinidad. Ahora esa afinidad tiene un momento en el cual hay que constituir un discurso que sea coherente. Ya comprendo que en M-M no pretende ser un sistema coherente en el mismo sentido que puede ser ‘La Lógica’ de Hegel. Pero exige una cierta coherencia. M-M quiere ser un sistema y no se puede construir un sistema sin una cierta apelación a la coherencia. Se dice que el esquizoanálisis es una cosa descriptiva, no se pueden hacer juicios de valor. Bien, pero si se dice :’Es que hay un peligro...’. Referirse a algo que es malo es un juicio de valor. Por tanto, esto funciona bien mientras no se plantea en términos de alternativa. El planteamiento de los compañeros MA y R (Laboratorio) me parece perfecto en el sentido que no están planteando una alternativa por parte de los Centros Sociales Okupados al Estado. Se han referido a un marco jurídico hostil en un intento de abrir un marco jurídico menos hostil. Lo encuentro pertinente. Lo que no me parece bien es que se intente confundir grupo actual de lugar actual o de tiempo actual con esa comunidad virtual cuyo desprendimiento es justamente lo que lleva la posibilidad de vivir. Digo ‘vivir’ o ‘ir tirando’ porque en el Estado no se puede vivir. La vida es una mercancia que el Estado no fabrica. Fuera tampoco se puede vivir a menos que uno se fabrique una manera de vivir , a eso me refiero con una componenda . hay que fabricarse una componenda para vivir y esos CSO los veo como componendas que surgen en el último lugar de la extinción de la vida, es decir cuando ya no se puede vivir es cuando hay que hacer una componenda. Justamente diciendo que eso es la creación de un derecho de existencia para gente que ve otro modo de vivir. El problema de las componendas es: ¿Cómo podemos vivir juntos los que no podemos vivir juntos? ¿Cómo podemos mezclar los inmigrantes con las prostitutas, los machistas...?¿Cómo podemos vivir con diferencias? Solo haciendo componendas. No podemos estar todo el tiempo viviendo. La vida sería demasiado intensa. Pero de vez en cuando hay que vivir . Respecto al Poder Constituyente , por ejemplo, forma parte de esa fatalidad por la cual ciertos movimientos italianos se han convertido, han degenerado en... lo que dice Deleuze: ’Las revoluciones siempre acaban mal’. Pero eso no dice nada contra las revoluciones. Acaban mal porque están mal apoyadas, porque una componenda es un chanchullo que no dura más que lo que dura mientras se pueda ir tirando. Hay un momento en que ya no tira más, se rompe, se agujerea. Todo funciona bien mientras no se plantee en términos de alternativa.

Pregunta dirigida a Pardo a M. Y R.: Respecto a la comunidad virtual ¿no funciona un poco un ideal regulativo a modo de Habermas es decir como algo que actúa como principio ético-político pero que no se alcanza nunca por ser virtual.

Pardo: La comunidad virtual es real. No es una posibilidad que habría que realizar. El principio regulador de la comunidad virtual es únicamente ‘a la que yo pertenezco, yo soy un miembro’. El principio único regulativo que vería yo es la ley que pertenece a la comunidad actual. Si tengo mucho miedo entonces sacaré el carné de identidad .

Pregunta: Lo había entendido así porque cuando has hablado de la comunidad virtual al hablar de marxismo como aquello que permitía de nuevo respirar. Lo había entendido como un principio regulador que permite reactivar el contrato .

Pardo: La comunidad virtual de los trabajadores cualesquiera sobrevive no solo a pesar de que los trabajadores empíricos asalariados firmen contratos con sus patronos o con el Estado si no precisamente porque debido a que los firman pueden a partir del contrato, hacer otra componenda. Firman un contrato para calmar el miedo, pero no para vivir. Para vivir hay que hacer una compònenda.

Pregunta a M yR: Cuando habeis hablado del peligro de los microfascismos , ¿teneis algún modo de evitar este peligro. La respuesta uniría lo que decis vosotros de Deleuze con lo que dice José Luis. Es decir, ¿cómo podemos vivir entre gente que no somos iguales, que somos diferentes? ¿cómo podemos evitar peligros?

M yR: El peligro no está en vivir gente que no es igual, el peligro no es la diferencia. Intentamos vivir la diferencia en términos gozosos. En cuanto a los microfascismos, son procesos específicos que vienen de la diferencia, pero sobretodo vienen de esas líneas de abolición de las que ellos (D yG) hablan. Hay casos cotidianos que se viven en los barrios y no hay recetas.

R: Entiendo tu pregunta pero desplazaría el marco problemático. No lo introduciría en el problema de cómo crear un lazo social que funcione, sino que el lazo social es cualquier multiplicidad creada. La cuestión del microfascismo en ese plano de consistencia tiene un repertorio de peligros es cierto, pero hay también un repertorio de experiencias posibles. El cómo evitarlo es la prudencia en la experimentación , consejo spinoziano. Y luego la posibilidad de crear instrumentos de análisis, como diría Guattari, de metamodelización, unas cartografías de esas conexiones, de esos devenires que de alguna manera puedan no tanto evitar o reprimir como directamente producir nuevas conexiones, hacer que lo que es un fantasma de abolición se convierta en una procesualidad creativa o en una ruptura estética. De alguna manera recrear territorios existenciales y sin embargo eso no es recrear el lazo social, porque un territorio existencial puede crearse en la ruptura radical del lazo social. Por ejemplo, aunque caigamos en la peor sociología... los que hacen la ‘ruta del bacalao’ en algunos casos están cayendo en el fascismo, en el sentido de que se están haciendo nazis que agreden a la gente por su aspecto. Pero también a partir de esas nuevas agregaciones hay gente que ha generado territorios existenciales mínimos entorno a la música, al uso de determinadas drogas. Todo muy precario y sin instrumentos de metamodelización. La posibilidad de generar una conexión o una composición de esos procesos con la capacidad de analizarlos, digamos de autoorganizarlos , de generar una autopoiesis de esos procesos que esté alerta a todas estas historias. Digamos que lo bueno es que hay recetas, no hay soluciones. Pero hay la posibilidad en todo momento de intervenir sobre ellos. Es una preocupación constate, sobre todo en Guattari, desde el análisis institucional hasta la micropolítica del fascismo, de toda esa riqueza fenomenológica.

MA: Yo si que lo veo como dicen D y G como el mayor peligro en nuestra práctica, porque precisamente te expones muchísimo a que esas prácticas se vuelvan contra ti . Cuando se abre un CSO y se hace abierto y no constituyes una historia controlada y de gueto, hay muchas posibilidades para que lo social descompuesto que hay, por ejemplo, en nuestro barrio Lavapiés: niños que viven permanentemente en la calle o homeless, asalten este espacio e impidan construir un espacio como centro social. Esta realidad nos la hemos encontrado. Entonces, ¿qué respuesta se da a eso? Pues muy precaria. La primera vez hay la tentación de controlar, de construir tu aparato de Estado e impedir que esas realidades acaben contigo. Gente que es más fuerte que tú por vivir en la calle. Intentamos entrar en agenciamientos muy precarios con ellos y no solo con estos sectores. También con otros como los tenderos: gente que hace manifestaciones en la calle donde hay droga o delincuencia para pedir más policía. Intentamos intervenir en esos procesos para cortocircuitarlos. No hay que despreciarlos como tradicionalmente se ha hecho desde la izquierda radical pensando que eso es solo fascismo de tendero y ya está. Hay que ver como intervenir ahí y como cortocircuitar gente que es gente de la calle, que en ese momento está en ese lado e inmediatamente está en el otro. No es facilmente clasificable. Lo mismo pasa con los niños inmigrantes. Un ejemplo es la película ‘El Odio’ que muestra como en los barrios de París se vive en ese filo de lucha contra el Estado, de oposición a la policía, de rebelión, de revuelta y al mismo tiempo eso se convierte en una pistola en la mano que puede acabar con lo que haya por delante.

Pardo: Hay una pregunta previa a la pregunta de cómo evitar el fascismo o los microfascismos y es la de si se deben evitar los microfascismos. No se pueden evitar ¿por qué hay que evitar el fascismo? La respuesta sería que si no se evita, este nos conduciría al absoluto dominio del Estado. Y aunque cueste reconocerlo lo que se está implicitamente valorando no es tanto el Estado como el Derecho. Me parece sospechosa toda desvalorización del Derecho, de cualquier clase de derecho porque sin esa valorización no se cómo y por qué habría que decir que el fascismo es malo o es un peligro. Lo que hay son líneas, líneas de fuga,, líneas unas de fuga otras de abolición pero todo son líneas. Creo que se parte de que hay algo conservable y que además en el paso del ‘AD’ a ’M-M’ funciona mucho la lectura de Foucault . Foucault ha mostrado a Deleuze y Guattari el rostro más siniestro de lo molecular, el modo en que en el siglo XVIII una serie de micropoderes moleculares se apoderan del Estado de Derecho, del aparato jurídico y como terminan con toda posibilidad de garantías. Cuando se le pide al condenado que se identifique, que cuente su vida, que diga ‘pues yo...’, etc. Tiene mucha importancia porque hay que comprender que el que ocupa la última frontera no es G. Khan ni las multinacionales, sino uno cualquiera, no solamente a ese que pertenece a esa comunidad que está perseguida por la policía, sino por el que pertenece a esa comunidad perseguida por la policía y que a su vez está perseguido por su propia comunidad y ese es el que ocupa la última frontera porque está asfixiado y no tiene las mínimas posibilidades de vivir como no se vaya a l desierto y haga una componenda.

TM: Yo creo que no hay continuidad entre la lectura que hace Pardo y la lectura opuesta de una acción que quiere reconocerse en unas cosas y que luego ya creará sus propias palabras. Y no la hay porque la problemática de cómo una comunidad tenga una homogeneidad no es un problema, sino que la comunidad es una comunidad elástica que más o menos se estira y se encoge y que esto no es la supeditación, ni la necesidad o presencia permanente de una componenda, de un ponerse de acuerdo. Yo creo que la máquina de guerra lo que la caracteriza es precisamente que rompe el lazo, que traiciona el pacto y que es en ese momento en que se hace real. Que luego haya momentos en que uno debe enseñar el DNI o que pague los huevos en la tienda porque quiere llevarse bien con el tendero no veo porque haya que darle más estatuto de realidad a eso que hace todo el mundo, y que lo que hay que ver es esa especificidad de esa práctica que rompe el pacto, traiciona ese acuerdo. Y el hecho de que sea capilar, microfísica no quiere decir que sea menos real. De ahí la importancia de la pragmática, de que no es el lenguaje y la gramática sino el habla . No es que se hable correctamente porque eres competente en ese idioma y puedes decir frases que has oído correctamente sino que se habla, habla cada uno y luego hay un trabajo exterior de asociación de expresiones y de crear una gramática. Creo que ese punto de vista no se adopta en ningún momento porque estamos hablando de hablar, de unas acciones de cuerpos y que si uno luego quiere ver cuánto se corresponde eso con una lógica, si eso es además el sintomatizarse de una fenomenología más general, es donde nos perdemos, donde vemos paradojas y dices ‘eso no va a ninguna parte’ . Bueno pues eso a llegado donde a llegado, que es un espaciar como en las casas okupadas aunque sus familias los soporten, los asuman, los mantengan, etc. Pero ese es un caso como el de todos. No hay que ver cuanto se parece eso a lo otro sino en que se diferencia. Este espaciar porque es microfísico no envuelve toda la vida de los que se implican y no quiere decir que se sea esclavo del pacto o la componenda. Porque, por ejemplo, en el asunto de no renunciar del todo al Derecho, no es que la denuncia en que además del derecho haya las normas y que la lucha iría en restaurar el derecho, sino que el derecho mismo es perverso, es genocida, no es salvable. El problema del quien esta en la ultima frontera suena a bíblico: "no te lamentes porque si miras atrás veras a uno que esta peor que tú". Aquí hay un error porque has introducido un argumento de pauperismo ,el último, los presos políticos, los comunes, pero es que uno no tiene la culpa de que el carácter genocida del capital genere marginalidad o paranoicos. El problema es que son una comunidad de cabezas rapadas y ¿qué debemos hacer con ellos?, pues bien, cortarles los huevos. Eso no es más que una antropomorfización de las propias leyes. Qué vamos a hacer si encima es una forma ‘voluntaria de asumir las reglas’, como los voluntarios de la Cruz Roja que encima trabajan gratis. Lo que quiero decir es que el planteamiento Molar-Molecular, la ventaja de la máquina de guerra que tiene su autonomía, pero también sus contagios, es precisamente que aunque haya sido derrotada no quiere decir que no haya existido o que no exista. Cuando te dicen ‘trabajas o te mato’, cuando tienes el cuchillo en el cuello, todavía existes. No necesariamente tienes que buscar como te esposas a todos los grupos y a todo lo que existe y eso es una ventaja porque lo otro es tener que vivir una vida abstracta con unas identidades donde todos somos proletarios, etc. ¡leches¡ Hay, sin embargo, una cuestión que es difícil de hacer explícita y es ese carácter minoritario de cualquier liberarse, que es insolidario y de ahí la cuestión de la crueldad, es una lógica de la sensación que es una lógica de la parcialidad, de reglas de corto alcance.

Pardo: No todas las minorías son iguales. Hay muchas minorías, los enfermos de riñón, la mafia. Me parece que uno de los grandes logros de la filosofía político es que la diferencia no está entre mayorías y minorías porque la cuestión entre la mayoría y la minoría sí que es una cuestión de pactos. La cuestión está entre por un lado la cuestión de mayorías y minorías y por otro el devenir minoritario. No tiene nada que ver con las mayorías y las minorías. Y no hay ninguna garantía de que las minorías no sean fascistas. El Derecho no es nada más que el derecho procesal: antes que me corten los huevos prefiero, porque me identifico con el último de la fila, que haya unas reglas según las cuales me ... y eso no creo que tenga nada que ver con la lógica del Capital. Hay que diferenciar entre pacto y componenda. El pacto se hace cuando se acaba la componenda. El pacto es lo contrario de una componenda. La componenda se hace para vivir. El pacto se hace porque uno tiene miedo. Prefiero tener derecho a vivir para poder hacer componendas, quiero que me dejen en paz para hacer componendas, pero esta exigencia es inseparable de tener derecho a pactar cuando tenga miedo.

T.M. : ¿Cuál es el esquema que lleva a que necesariamente, pase lo que pase , todo debe ser reconducido al acuerdo ¿. Yo creo que es la teología de Habermas: todo al ser considerado desde el punto de vista de los intercambios de mensajes, de la circulación de expresiones , lleva como consecuencia a un acuerdo .

Pero en realidad el acuerdo ya estaba antes porque compartir ese lenguaje presupone un acuerdo ya . Pero también existe la posibilidad de reconocer que existen los acontecimientos del cuerpo, que no es lo mismo la literatura de los libertinos que lo que escribían sus cuerpos. La posibilidad de afirmar los acontecimientos del cuerpo independientemente de su expresión y su intercambio de mensajes.

P: ( pregunta a Pardo) Cuando tu dices " el vivir ", ¿lo rebajas a la categoria de "ir tirando". Y después la cláusula "R" de la que has hablado, ¿significa que no nos queda nada más que el mal menor?.

Pardo: La cláusula ‘R’ es una cláusula retórica que como tal no está formulada y dice así : ‘todo lo micropolítico es de por si mismo y espontáneamente revolucionario’.

P : Pero la cláusula ‘R’ sería ‘¿No nos queda sólo el mal menor?’.

Pardo: La cláusula ‘R’ dice : ‘Las componendas se hacen porque hay que vivir. La vida es un fenómeno precario, raro, inestable, mal apoyado y como tal acaba cayendo y se cae de dos maneras: al vacío y se estrella o se puede caer en un pacto.’ Pero en cualquier caso es una decadencia, quiero decir que el pacto no sirve para vivir. En el momento en que se ha hecho un pacto sobre una cosa hay la posibilidad de inventarse otra componenda para seguir viviendo. Pero solo se pueden seguir inventando componendas porque hay pacto. Sino hubiera pacto la única posibilidad cuando se acaba una componenda es caer en el vacío. Pero por pacto no entiendo el acuerdo de Habermas que está preestablecido, en absoluto. Ni un acuerdo justo. La mayor parte de los acuerdos son injustos, casi diría que todos los que hacen un pacto no desean hacer un pacto justo. Cuanto más injusto mejor. Los pactos los sitúo en el nivel de lo actual, lo empírico , lo fáctico. Lo que está a nivel de los virtual pero real son las componendas. Lo que me parece nefasto y ruinoso es la confusión de lo real con lo virtual (sic) y por lo tanto de las componendas con los pactos y por consiguiente el Estado con lo que está fuera de Él.

Laura: ¿???

Pardo: Sin duda hay que hacer componendas para vivir y ¿significa que tenemos que prescindir del pacto? No. Deleuze y Guattari nos dicen que no hay un antes del Estado, aunque se diga que la historia es la historia de lo contingente, el Estado no es contingente, el capitalismo sí. Por tanto, si no hay un antes del Estado quiere decir que el Estado no es un fenómeno empírico. El Estado existe desde el principio y además muy formado y muy completo, muy perfecto. No hay nada anterior al Estado. Hay Estado y las componendas y lo peligroso es confundir el estado con las componendas y las componendas con el Estado. ¿O es que Spinoza defiende un estado de la naturaleza anterior el Estado?. No hay nada anterior al Estado. Hay el Estado y las componendas. Spinoza dirá que se tendrá mucho cuidado de no mezclarlo. No pretender hacer un Estado componenda ni de la componenda un Estado. No pretender que el estado y las componendas corran la misma carrera y si gana uno pierde el otro. Los pactos de Estado, los pactos, que al hacerlos se constituyen en Estado en la sociedad, hacen posibles los puentes que permiten pasar de una componenda a otra.

T: No conozco bien la obra de Deleuze, pero por un sentido común ‘otro’, pienso que el Estado nunca puede ser anterior a la máquina de guerra. Porque cuando se dice que una máquina de guerra como es la mafia se compara con otra máquina de guerra como son los CS hay una diferencia de intensidad entre ambas y es que una apuesta por la muerte y otra por la vida, hay una diferencia de apuesta. Entonces el pacto es imposible porque la máquina de guerra es sorda, no entiende de pactos de Estado en su proceso inconsciente maquínico. Lo que sí entiende es de desterritorializarse-reterritorializarse, andar por aquí y pos allá. Desde está sordera la máquina de guerra apuesta por la vida o por la muerte y el Estado está ahí para capturar eso que ele molesta.

Pardo: No creo que se pueda apostar por la vida o por la muerte. La decisión por la vida es una cosa que al final se muere uno.

T: Se defunciona uno. No hay que confundir la muerte con la defunción.

Pardo: Bien, llamémosle mortalidad y a eso me refiero cuando digo que la vida está mal apoyada, que siempre acaba mal. Por ese estar mal apoyada es por lo que a veces tenemos miedo y debemos hacer un pacto. Pactos que nos permiten vivir y calmar el miedo. En cuanto a esa máquina de guerra si la pensamos como un modelo virtual que los hechos empíricos ni confirman ni refutan, estamos de acuerdo, ahora bien, si pensamos que ha habido alguna vez una máquina de guerra anterior el Estado como hecho histórico-empírico-geográfico, francamente, me parece una falacia.

Santi: Me ha parecido una exposición extraordinaria, bien trabada, con unos pasos prefectos y sin embargo te hubiera saltado encima para que no siguieras, porque me ponías nervioso, sobre todo al saber hacia donde terminaba todo esto, que se sabe ahora que lo has dicho claramente. Respeto totalmente esto. Lo que a mi me interesa es por qué está lectura. Digamos que en Deleuze y Guattari hay la polaridad desterritorialización-reterritorialización. Pero tu sabes muy bien, mejor que yo, que la parte de reterritorialización pasa a segundo plano y la de desterritorialización se alaba continuamente. Y eso no se explica mucho, es una especie de lugar oscuro la explicación es que en determinado momento histórico Deleuze y Guattari creyeron que era mejor insistir en ese lado . Entonces por qué tu optas por el pacto y no por la vida aunque no sea posible vivirla continuamente.

Pardo: No opto por el pacto en absoluto. A mi lo que me parece bueno es la componenda y solo opto por el pacto porque este sostiene a la componenda como las componendas sostienen el pacto.

Santi: Sí, pero Pere te ha dicho que al final lo que parece que hay en toda tu lectura es que es una lectura desencantada de M-M y Deleuze y Guattari y al final el mal menor es que por lo menos haya un derecho y unas normas. Coincido totalmente, y por eso me ponía nervioso, en una crítica a poner unicamente la intensidad de la vida como un criterio, estoy totalmente de acuerdo, pero no por esto me voy a Rorty , sino que busco el querer vivir como desafio e introducir una determinación ética por otro lado sin ir a una norma o pacto.

Pardo: Lo del mal menor, lo del Estado como mal menor es cosa de Deleuze y Guattari, no lo digo yo. Son ellos los que dicen que el mal menor es el Estado socialdemocrático, laico y de derecho. ¡Qué le voy a hacer¡ Es una cosa que está implícita en M-M pero no se dice debido a la retórica revolucionaria. El pacto, lo que yo llamo pacto, no tiene nada que ver con el acuerdo universal de la humanidad. Se hacen pactos locales, puntuales, actuales por la misma razón que se cometen robos y asesinatos: porque somos mortales, somos débiles. De esa debilidad no implica que no podamos algunas veces actuar y hacer componendas. Yo me sentiría satisfecho de todo este apartado diciendo que el pacto solo se puede hacer sobre la base de que hay algo que no se puede pactar.

Laboratorio (MA): Me parece fundamental la lectura ética de M-M- Situar a Deleuze y Guattari como una especie de garantes o defensores del Estado de Derecho me parece una lectura mal intencionada y un desconocimiento de sus prácticas y sus vidas, para eso es mejor no leerlo. Que digan que el mal menor es el Estado de Derecho, que aunque no lo dicen así se puede deducir dentro de una gradación de los males, como un segmento, eso no puede llevarnos a considerar que hay una especie de resignación. Toda su obra es una especie de revuelta contra eso. Hay una apuesta ética ahí que te puede interesar o no, evidentemente, a ti no te interesa. Ahí es donde adquieren importancia y se convierten en algo más que un funcionario y el otro en una anomalía.

Pardo: Todas las indicaciones en el sentido de que hay que prevenirse contra el microfascismo, que el fascismo construya una máquina de guerra total que termine con el Estado...¿por qué les parece mejor a Deleuze y Guattari , y no de ahora, el Estado moderno que el Estado arcaico? Porque el Estado moderno no parte de unas comunidades previamente integradas socialmente sino de una previa desterritorialización hecha por el capital que ha convertido a los hombres en unos cualesquiera, los ha desarraigado por completo y convertido en unos desaprensivos. Y eso qué otra lectura puede tener que una apelación a una suerte de derecho que no es nacional pero que es el derecho de los que son cualesquiera a deambular por cualquier lugar y a cualquier parte. Quizá es molesto llamarlo a eso Derecho, pero insisto en que no son las normas del Estado de Derecho. En función de qué se puede apelar contra el fascismo o contra el microfascismo, en función del derecho de los que no son nadie a poder ser. Y en nombre de qué. Todo este asunto de la melancolía de la máquina de guerra de las víctimas del nacionalsocialismo, eso cómo se puede leer sino es como una defensa del derecho de las víctimas. Y a propósito del Poder constituyente, qué es para Deleuze el poder por muy constituyente que sea: el grado inferior de la potencia, porque la potencia se degrada y se constituye en poder.

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