Ha comenzado el fin de la dictadura liberal

Franco Berardi, Bifo

Al igual que antes de 1989 no podíamos imaginar de qué forma se habría desarrollado el derrumbe del Imperio del Mal, del mismo modo hoy no podemos imaginar de qué forma se desarrollará el hundimiento del Imperio de lo Peor. Pero vemos todos los síntomas: el descorazonamiento se difunde entre las tropas de contables y cortesanos del poder económico global. Los conflictos se multiplican en la escena mundial entre EE.UU., Europa y la nueva alianza ruso-china. La presidencia Bush empuja hacia el rearme a un mundo extenuado, que se encuentra al borde del colapso nervioso.

No ha sido el movimiento global el que ha conducido al poder global a este estado caótico. Se ha limitado a provocar la crisis simbólica de la dictadura liberal, a señalar su intolerabilidad ética. Parece que se acabaron las contracumbres. En su estado de confusión los grandes se reunirán entre los hielos del norte de Canadá o en los desiertos de Qatar. Ahora el movimiento global debe difundir la insubordinación a la dictadura económica en todo poro de la vida cotidiana, de la producción, de la cultura y de la sociedad. Debe promover la autoorganización de toda red social como un verdadero gobierno en la sombra. Ahora la sociedad debe legislar: no se paga, no se trabaja, no se obedece mientras permanezcan las condiciones de la dictadura global.

En los últimos veinte años, organismos internacionales carentes de toda legitimidad han desarrollado una furibunda ofensiva contra el medio ambiente, la vida cotidiana, las estructuras de solidaridad social, a la par que una sistematica depredación de la naturaleza, del trabajo y de la inteligencia. La clase política dominante, sin ninguna distinción entre izquierda y derecha, se ha prestado a hacerse instrumento de esta devastación, de esta colonización final de la vida sobre el planeta.

Vemos el resultado. Los países que han sufrido con mayor brutalidad las imposiciones de los globalizadores económicos han sido destruidos. Rusia se encuentra en condiciones espantosas, la esperanza media de vida ha disminuido siete años; allí se está produciendo una hecatombre que hace palidecer los efectos de las políticas económicas de Stalin. Argentina está en bancarrota. La guerra, la miseria, engullen las sociedades pobres. Lo que antaño fue la clase media se ve sometida a una explotación cada vez más intensa por salarios cada vez más bajos.

Ahora la dictadura liberal ha entrado en su fase caótica, la recesión económica arrolla al Occidente rico. Y no se trata de una crisis coyuntural: es una crisis de superproducción de la info-economía, una parálisis de la new economy. El consenso respecto al capitalismo global se rompe en pedazos en el interior de la ciudadela cableada. El colapso ataca el cerebro.

El poder global ha perdido la cabeza. En Génova ha cometido un crimen, ha asesinado y pisoteado los derechos más elementales. Ahora procesarán a un carabinero de veinte años enviado a combatir en una guerra injusta para defender a los comensales de Berlusconi. Ese joven es inocente, como son inocentes los centenares de psicópatas vestidos de negro que el ministro del Interior ha infiltrado, ha azuzado y ha utilizado contra el movimiento.

Son culpables los bandidos que se han atrincherado en una fortaleza para salvar los últimos retazos de un orden económico agonizante. Un presidente estadounidense elegido por una minoría de la minoría que acudió a votar; un primer ministro italiano que representa intereses mafiosos; un espía del KGB que practica sistemáticamente la tortura en Chechenia y cierra la radio y los periódicos de la oposición. Estos son los culpables. Su poder no tiene ninguna legitimidad. Han conseguido los votos con la corrupción y con el engaño. Y en cualquier caso nadie les ha elegido para decidir la suerte de toda la humanidad.

Por todo ello el movimiento declara que su poder ha caducado.

Por todo ello el movimiento se autoconstituye como proceso de autogobierno de la inteligencia y del trabajo.

Domingo, 22 de julio 2001



Mensaje enviado por Bifo a la lista pública rekombinant@listbot.com

Traducido del italiano por sindominio.net


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