Llamamos arte colaborativo al proceso por el que un grupo de gente construye las condiciones concretas para un ámbito de libertad concreta y al hacerlo libera un modo de relación, es decir libera una obra de arte...

 


 

 

El arte público convencional tendía a ser definido por su relación como objeto estético con un lugar físico, en contraste con esto las practicas emergentes de arte publico en los 90's constituyen intervenciones en el dominio público que incluyen fundamentalmente los procesos mismos de discusión y construcción de una voluntad y un proyecto de comunidad que es la que ha de albergar todo ulterior trabajo con sentido, de esto queremos hablar.

Decir trabajo colaborativo no supone pensar, como algunos parecen haber entendido, que lo que antes se negociaba con alguna "autoridad" (instalación de monigote a caballo) ahora haya que pactarlo con una "comunidad" más o menos vaporosa, más o menos inencontrable.

Vamos a hacer porque los procesos artísticos tiendan a ser uno con los procesos de mismos de construcción de una identidad y un dominio público amenazados por la apisonadora neoliberal

Bastante de todo eso cabe en el concepto, clave para los trabajos colaborativos, de "empowerment" que sostiene " los valores creativos del poder fragmentado -descentralizado y democratizado- y desarrollar narrativas locales contra las grandes discursividades globalizadas de los grupos de poder..." (m.miles) a estas alturas debe estar claro que esto del empowerment es una gran pedorreta al postmodernismo deconstructivo que partía, nada menos, de negar la posibilidad misma de los procesos de significación.

Llegados a un medio en que lo político aparece tan directamente, habrá quien nos haga notar que todo está muy bien pero żes aun arte?

(a quien no lo importe esta cuestión gran cosa, como no nos importa a los fiambreras, puede dejar aquí el texto sin mayor escrúpulo, lo que sigue es teoría de la dura)

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A quien le preocupe responder a esta pregunta, le queda pendiente la tarea de reconstruir desde la historia misma de las vanguardias y aun antes hilando el hilo que hace coherente que la practica del arte sea una con estos procesos de radicalización de la democracia:

Una línea posible es la que saca Krauss de su análisis del minimal, esto es, si el minimal funciona como proceso estético mismo en la medida en que es capaz de concitar el medio que lo envuelve, aquello que no es la pieza, y ponerlo en funcionamiento como espacio, y que luego sigue Foster afirmando idéntica función en obras como las de Buren o Haacke respecto de los espacios y poderes expositivos y abriendo luego la espita para que otros trabajos hagan lo propio en cualquier contexto en que se planteen...

Esta es una línea interesante de trabajo aunque algo limitada por la noción de espacio que consensuemos manejar...

Otra posibilidad de mayores alcances acaso seria la de Diderot, que llama bello "a todo lo que contiene en sí algo con qué despertar en mi entendimiento la idea de relación"

Mucho ojito porque de la enciclopédica mano del viejo denis podemos abarcar de un modo muy clarificador un montón de cosas que los modernos se han liado a separar bajo los nombres de arte, vida y cosas así , acostumbrémonos a pensar en la relevancia de aquello que despierta en nosotros la idea de relación.

Y ahí recordar, por ejemplo, a Proust hablando de cómo cualquier artista no logra aportar mas que una única belleza, es decir una única relación, o un modo de relación, un modo de producción, de concepción por tanto, una ontología y una pragmática...(un "espacio representacional" hubiera dicho Lefebvre, un juego de lenguaje hubiera dicho el otro...)

Se que vamos muy rápidos, pero si estamos con diderot, con proust (con valery o con mondrian) en que la practica del arte ha supuesto la puesta en circulación de modos de relación (ya sea en música, en pintura o en narración) que tienen una lectura como modos de vida...entonces sucede que la especificidad del arte colaborativo se limita ahora a contextualizar esa practica en las condiciones actuales de producción y distribución de signos, representaciones y discursos... (condiciones marcadas claramente por una creciente imposibilidad para la autonomía de las vidas y las consciencias.)

Y al hacerlo tenemos que aceptar de entrada (o de salida) que nuestro trabajo ya no puede en modo alguno confinarse al artworld, nuestro trabajo tiene que asumir como formante especifico el combate contra el pensamiento único, o la vida única, y sus pequeños agentes desmaravilladores: si en nuestro trabajo se nos cruzan planes de rehabilitación expulsores, obispos robaparques y tantos planes de privatización es porque todos ellos forman una especie de puré conjunto cuyo común enemigo es la proliferación de libertades relacionales que en otro tiempo se llamo arte... o vida.

Uno hace proyectos colaborativos porque encuentra que "no puede" hacer otra cosa, es decir que sabe que cualquier otra cosa no ha de ser lo que dice o quiere ser:

En otro tiempo uno podía componer un soneto e imaginar que con ello hacia arte, es decir, ponía en circulación los elementos de un modo de relación determinado (nuevo o no).

Ahora a poco que se pretenda hacer lo mismo, muy cretino se ha de ser para no advertir que ni los canales editoriales, ni mucho menos las galerías de arte son espacios libres para la libre circulación de propuestas relacionales, que son mundos tomados y estancos. Que la libertad de los otros para tomar nuestras propuestas y la nuestra misma , que carajos, para plantearlas y vivirlas, que esas libertades digo, no son un dato, son algo a construir y defender.

Llamamos arte colaborativo al proceso por el que un grupo de gente construye las condiciones concretas para un ámbito de libertad concreta y al hacerlo libera un modo, o un racimo de modos, de relación, es decir libera una obra de arte...

Sabemos que la opción misma para que este discurso circule es su inserción en cierta "moda" que ha llevado el espíritu más oenegesco al mundo del arte.

Hasta los profesores que ayer por la mañana celebraban cenizos la incomunicabilidad postmoderna se lían ahora a firmar manifiestos antiotan y buen rollo...

Por eso nos fiaremos menos que nunca de los que se gastan en palabrerías y distingos, de los purísimos , por eso es crucial que las practicas campen por sus respetos, que los discursos duren lo justo y que nos encontremos en las calles.

 


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