Enragés y situacionistas en el movimiento de las ocupaciones



René Viénet

   En lo que concierne a la historia original... el contenido de estas 
historias es necesariamente limitado: su materia esencial consiste en lo que 
está vivo en la propia experiencia de la historia y en los intereses de los 
hombres; lo que está vivo y actual en su medio.
   El autor describe lo que él más o menos ha participado, al menos todo lo 
que ha vivido: épocas poco extensas, figuras individuales de los hombres y de
los sucesos... No es suficiente haber sido contemporáneo de los acontecimientos
que se relatan o estar bien informado. El autor debe pertenecer a la clase y
al medio social de los actores que describe; sus opiniones, su manera de pensar
y su cultura deben de ser las mismas que las suyas. Para conocer bien los hechos
y verles en su verdadero lugar, es necesario situarse en la cumbre -no mirarlo 
desde abajo, por el agujero de la cerradura de la moralidad u otra sensatez.
						HEGEL: La razón en la Historia

  1. El regreso de la revolución social
  2. Los orígenes de la agitación en Francia
  3. La lucha en la calle
  4. La ocupación de la Sorbona
  5. La huelga general salvaje
  6. Profundidad y límite de la crisis revolucionaria
  7. El punto culminate
  8. El consejo para el mantenimiento de las ocupaciones y las tendencias consejistas
  9. El restablecimiento del Estado
  10. La perspectiva de la revolución mundial después del movimiento de las ocupaciones

ADVERTENCIA

El autor no trata de disimular adonde van sus simpatías. Así, pues, no resultará inútil entenderle precisar qué garantiza, y lo que puede probar, la exactitud de todos los sucesos relatados en este libro, a fortiori, de todos los textos citados. Sin embargo, si todo lo que escribe es verídico, seguramente no pretende hacer un informe satisfactorio que diese cuenta del conjunto histórico del movimiento de las ocupaciones. Por el momento, faltan la mayor parte de las informaciones relativas a la casi totalidad de las provincias y a la mayoría de las fábricas, incluidas las de la región parisina. Por otra parte, incluso limitándose al aspecto aquí estudiado, esencial, pero, sin embargo, circunscrito, del movimiento de las ocupaciones, el autor no ha creído conveniente dar cuenta de ciertas partes del acontecimiento del más alto interés para el historiador, sin duda, pero cuya divulgación podría ser utilizada contra diversas personas, como se puede comprender sin esfuerzo, teniendo en cuenta el momento preciso en que se ha terminado la redacción de este libro.

El autor ha tenido la dicha de poder disponer de la colaboración de varios miembros de la Internacional Situacionista, entre los cuales dos habían formado parte del ex "Grupo de los Enragés". Quisiera precisar que sin ellos, por todos los conceptos, no hubiera podido escribir este libro.

R.V. Bruselas, 26 de julio de 1968

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