"ACS"

Autor: C@Í

E-mail: cai@sindominio.net

Título artículo: De cómo sobrevivir a la muerte (o a una 'mani')

Mensaje/Artículo:

Lo que pasó en la manifestación pacífica el 28 de julio del año 2000
¿Nuevas? técnicas de represión
Agosto,200 Primera semana
La semana pasada en Perú, la dictadura de Fujimori realizaba su
patético acto de reasunción en el gobierno rodeado de militares,
encerrado tras los muros y rejas de los edificios oficiales. Mientrasntanto afuera, en el Perú real, la gran marcha popular de los Cuatro Suyos que convocó Toledo como arma electoral y que se le escapó de las manos era salvajemente reprimida por la policía. 6 muertos, 200 heridos y 200 más detenidos, 7 toneladas de los más poderosos gases lacrimógenos, paralizantes y vomitivos fueron necesarios para dispersar y desalojar de las calles de
Lima a las casi doscientas mil personas 'convocadas por la oposición'
para exigir RESPETO. El 'símbolo' del Perú en estos días fue
la máscara antigas que la imaginacion popular supo recrear con
improvisadas botellas descartables de gaseosa.

ADDENDA SOBRE LA MARCHA DE LOS CUATRO SUYOS

La presente addenda que hoy les hacemos llegar presenta diversos
testimonios sobre los sucesos ocurridos en Lima el 28 de julio,
a consecuencia de los cuales murieron 6 personas, 200 fueron heridas
y más de 200 fueron detenidas por la Policía. A medida que avanzan las
investigaciones realizadas por la prensa independiente, va quedando
más claro que los sucesos violentos fueron causados por agentes del
Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y delincuentes comunes
infiltrados entre la población, con la abierta complicidad de la
Policía Nacional, en lo que constituye una nueva versión del incendio del Reichstag. Ahora se habla de un "complot comunista", de los "terroristas" , de "anarquistas" organizadores de la Marcha de los Cuatro Suyos.
Y el gobierno, más la prensa servil que lo adula, agita los 6 muertos
-producto de la acción de lumpenes contratados por el SIN y del
repliegue intencional de la Policía- para tratar de cubrir sus enormes
vergüenzas: los desaparecidos, torturados y asesinados, los
presos inocentes que reclaman justicia y los millones de peruanos en
extrema pobreza. No deja de ser sintomático que Fujimori haya realizado
su desfile militar en el "bunker" del Ejército, lo más lejos posible
del pueblo; que haya hecho volar los MIG-29 de la Fuerza Aérea a toda
velocidad sobre los techos de Lima, rompiendo las ventanas; que haya
puesto a Lima prácticamente en estado de sitio, disparando a los
manifestantes -mujeres y niños incluidos-. Y es que el dictador sabe
que, pese a los millones que
gasta en sus medios de comunicación prostuituidos, ya no engaña a
nadie; sólo le queda amenazar. Amenazar con encarcelar a Toledo o
enjuiciar a los congresistas de oposición; con desatar una caza de
brujas contra las ONGs de derechos humanos, la Defensoría del Pueblo o los movimientos de mujeres; con soltar a sus fuerzas armadas, expertas
en asesinar niños y ancianos, torturar detenidos, violar prisioneras
-y firmar rendiciones-. La Marcha de los Cuatro Suyos ha triunfado.
Porque a pesar de que la dictadura y la oposición ha intentado empañar
la movilización del pueblo, aún están presentes los miles de peruanos
que juraron luchar por la democracia. Y que, al movilizarse
pacíficamente, demostraron que pueden conducirse a sí mismos, y
conducir su lucha por sí mismos, sin necesidad de las migajas o la
buena voluntad de ningún gobierno. Agradecemos a quienes desde muy lejos
nos hicieron llegar su solidaridad.
P.S.: Agradecemos a nuestro colaborador Pier Paolo Marzo

1. Testimonio sobre la jornada del 28 de julio: Tratando de mitigar mi
indignación y desconcierto quiero escribir algo de lo que vivimos el
28. Corren muchas versiones. Yo tengo la mía. No quiero exagerar nada.
Sólo contarles lo que vivimos y algunas de mis
preguntas. Avancé con el grupo que se dirigió hacia la plaza San Martín.
Luego llegamos hasta Jirón Lampa y desde ahí nos bombardearon com
centenares de dispersivos. Nunca pudimos ir más allá. Retrocedimos los
centenares que íbamos marchando pacíficamente, caminando y coreando
distintos lemas. Desde los techos de los edificios, al frente nuestro
y desde las calles adyacentes, salían las bombas. No podíamos creer lo
que sucedía. Las bombas iban al grupo, al centro de centenares de
personas reunidas, hombres, mujeres,
mayores y jóvenes, universitarios, trabajadores, profesionales. No
puedes ver nada, sólo retroceder sintiéndote morir, con arcadas, no
puedes respirar, las mucosas de la nariz y la garganta se contraen,
expulsan líquido, el aire no puede entrar y las babas en la
cara te queman, ayudan a que se fije y actúen los químicos del gas.
Algunos corren, la mayoría caminan para atrás sin ver a donde vas,
tomas un hombro y caminas. Nos han dicho, y lo sientes en medio de la
multitud, que correr es peligroso y peor. Hay policías
por todos lados, pero sólo los ves a lo lejos. Cuando por fin puedes
levantar la mirada, varias cuadras más allá, ves que los policías
están lejos, siguiendo por Colmena hacia el Parque Universitario. Al
otro lado de la plaza estamos los centenares de gentes en grupos.
Nos han dicho que es mejor no separarse. Nos concentramos en la plaza.
El ánimo no decae por que no se creía que pudieran llegar a más de
lo que habían hecho. Sigue algún bombo y tarola acompañando unos
lemas de algunos grupos políticos.
Un buen rato allí. Llega alguno de los congresistas de oposición.
Ferrero está hablando
con un megáfono. Y de pronto vuelven a caer bombas, esta vez al centro
de la Plaza, a la derecha e izquierda nuestra, en medio de nosotros,
veo que una como peonza expulsa gas a un metro mío. Retrocedemos por
Colmena. Y cuando los gases se disipan
volvemos a la plaza. A lo lejos se ve a los policías, sobre los techos
de los edificios. Y cerca de ellos hay individuos sueltos tirando
botellas incendiadas y papeles a los edificios del Banco de la Nación
y el Jurado Nacional de Elecciones. Estos 'vándalos' (SIN) están
mucho más cerca de los policías que nosotros. Nosotros a tres cuadras,
ellos al lado, a 50 metros. Las bombas salen disparadas a nosotros.
Allá el aire se ve más claro. Volvemos a retroceder. No entendemos por
qué tanta violencia No estamos frente a la Plaza de Armas o el
Congreso. Estamos lejos. Estamos reunidos aquí. Gente de distintos
sitios y orígenes sin saber hanal castellano, llorando pensando en que '
si este era su país, por qué los quieren matar?', jubilados que vi caer
por los impactos al cuerpo de los qrtefactos explosivos que la policia
lanzaba . Los gases nos obligan a seguir retrocediendo desconcertados,
indignados. Esta vez es peor a pesar de que estamos más lejos. Pasa un
helicóptero de la policía y
desde ahí siguen cayendo bombas. Te pueden dar y nos morimos de miedo
mierda1 sí! miedo! ; algunos corren otros gritan "no corran", la mayoría
caminamos, bajando por Colmena, al lado del Bolívar, la Plaza San
Martín va quedando vacía. Retrocedemos sin poder respirar ni hablar.
Cuando lo podemos hacer vuelven a gritar: ¡Democracia sí, dictadura
no! unos de un grupo llamado Amauta , vestidos de rojo y negro y con
una A a medio hacer... y dicen ser de 'centro' 'alternativos?
pero....¿por qué la banderita rojo y negra y la A a medio hacer?. A lo
lejos, desde dónde nos disparan, cerca de los centenares de policías,
se empieza a ver humo negro. Nadie piensa que se está incendiando un
edificio, allí están ellos, los policías. Alguno comenta que es otro
tipo de gas lacrimógeno, de otro color, con peores efectos (¿peor que
esto?), dirigido a esos
tipos sueltos, pocos, que se veían tirando piedras a las ventanas y
al pie de los edificios. Cuando el gas se disipa un poco volvemos a
caminar hacia la Plaza y desde algún bombo universitario se vuelven a
monitorear consignas. Algunas de esas tan graciosas creadas
por los jóvenes que a todos hacían reír. Ahora ya no nos causan
gracia. Las coreamos con fuerza, pero ya no sonreímos. La desición con
que iniciamos esta marcha anoche nos la pretenden aguar, demoler. Y
parece que lo van consiguiendo. Vamos despacio, nadie
puede correr con los ojos, garganta y fosas nasales a la miseria.
Pasa algún carro de bomberos en medio nuestro, algún bombero hace
señas de apoyo con el pulgar levantado, la masa abre campo para que
pasen, algunos gritan ¡abran paso!. El carro viene por
Colmena. La gente que ocupa desde el Crillón hasta la plaza San Martín
le abre paso. Seguimos caminando de vuelta a la plaza y esta vez se ven
columnas inmensas de humo negro; eso ya no son llantas ni
lacrimógenas, un chico a mi lado. No, le digo. Un aire de preocupación
empieza a circular. Algo feo pasa al fondo. Una chica de la
Universidad San Marcos nos reparte a todos un poco de vinagre para
empapar nuestros trapos, algodones o servilletas de papel y poder
respirar un poco mejor, frotártelo
por la cara y se calme un poco el ardor . Un pomito de Mylanta
circula, "para el esófago" dicen, cada uno bebe un sorbito, yo lo paso
(a eso sí que no me animé). Las máscaras antigases que vendían a un
sol la verdad es que no servían para mucho. Alguno se
arrepiente de no haber comprado una buena a 20 soles el día anterior.
Volvemos hasta la esquina del hotel Bolívar. La gente vuelve a acercarse
a la Plaza. Unos pocos se aventuran a caminar por el centro de ella.
La mayoría en Colmena. Ya no caen lacrimógenas,
por un buen rato. Al lado del cine Colón llegó una camioneta de Canal
N (Televisora por cable local , que era la única que transmitía vía
cable, ningun otro medio transmitió nada ) , muchos se acercan a ella
y corean consignas Pf!. El grupo de la Universidad de Lima y Agraria,
el colectivo Sociedad Civil y La Resistencia (los de las banderas y el
minuto ruidoso del Parque Kennedy) y algunos partidos que tienen
banderolas para identificarse empiezan a juntar a su gente (sólo SU
gente salió de la cárcel lode demás (miles) que s evayan a la mierda ).
Alguien hace una fogatita con volantes y carteles en medio de la
Colmena: el humo ayuda a consumir el gas lacrimógeno (entendí por lo
menos una de las
razones por las que se queman llantas en algunas manifestaciones,
para mitigar el efecto de los gases). Al lado de la fogata panes para
quien quiera. Y el humo negro al fondo. 1:00 pm: Fujimori juramentó,
nos dicen desde una farmacia. Algunos instigan a seguir avanzando.
Las densas columnas de humo negro al fondo nos preocupan a todos. Ya
son las dos o tres de la tarde. Muchos se quedaron atrás o ya se
fueron. Algunos grupos empezamos a retirarnos. Nadie sabe qué pasó al
otro lado de la plaza, unas cuadras más allá. Sólo
se ve humo. Ni policías ni vándalos un sospechosi silecio, realmente.
Alguien grita ¡A Palacio!. La mayoría empezamos a mirarnos con cara de
esto no nos gusta.
Tomamos la decisión de irnos, a tiempo de ver venir columnas de
policías y rochabuses desde donde está el humo. ¿Por qué vienen
a nosotros?, ¿por qué dejaron a esa decena de tipos tirar piedras y
papeles quemados al edificio?, ¿por qué las bombas venían a nosotros y
no se dirigían a los que tenían al lado? Desde las azoteas de los
mismos edificios atacados nos lanzaron lacrimógenas,
¿al bajar no fue posible detener a quiénes incendiaban? No entendemos.
No entendíamos nada. Nos dimos cuenta que el desconcierto de algunos
era pura indignación y agresividad en otros. El ambiente empezó a
ponerse feo, más feo. Eran centenaresde personas que querían
manifestarse pacíficamente. Quien hubiera estado allí y les hubiera
visto lo entendería. Y se desató una agresión colosal , nadie creía en
nadie todos eramos para todos 'infiltrados'. No fue defensa, ni detener
el avance del grupo. Fue atacarle, dispersarle, desesperarle. El grupo
se rompía, la gente se dispersaba por donde podía, por Colmena la
mayoría, por otras calles otros. Se perdió la posibilidad de controlar
la
marcha como hasta ese momento. Los que a lo lejos quemaban, allí
donde no podíamos acercarnos por los gases, podían ser infiltrados o
vándalos de fuera, o radicales de dentro. No sé. Pero el hecho es que
los dejaron, por decisión o negligencia, pero los
dejaron. Y quienes estaban en la marcha tampoco podían controlarlos.
No había manera de acercarse. En la noche, ya en casa, con el ánimo en
el suelo y las vías respiratorias lastimadas, sin comprender nada. De
pronto la posibilidad más perversa y terrible
parecía la más plausible: ¿Podía una mente tan maquiavélica "planear"
algo cómo: "dispersarles con bombas, infiltrarles y desesperarles,
motivar a algunos a hacer desmanes, dejarlos aunque muera alguien,
luego reprimirlos y acusar de violencia a todos
los que allí estaban"?. Todos los datos concordaban con algo así. Hasta
ayer pensé que lo de los infiltrados podían ser exageraciones: pero vi
con mis ojos que existen. Indudable. Gente que anda sola de aquí para
allá -en la marcha la mayoría anda en grupos-, con cámaras
fotográficas pequeñas que luego ocultaban, pretendiendo pasar
desapercibidos, no eran periodistas -éstos son inconfundibles con sus
chalecos y máscaras, sus actitudes, seguros de sí y todos regios
ellos, etc., no se ocultan; más bien dejan ver que son prensa, es su
seguridad-. Pero la prueba definitiva es que cuando alguien les descubre
y les pide identificarse corren, y si les agarran se ponen agresivos,
gritan, insultan, amenazan. Compruebas que son lo que uno se resistía
a creer. Infiltrados del SIN. Mientras estuve agarraron a un par. Y
gente de mi grupo vimos a varios que podían serlo, pero nos callamos;
descubrirlos caldeaba más los ánimos de la gente. Ahora no sé si hice
bien en estar allí. Quería acompañar a los muchachos que como yo
estamos indignados con lo que se le está haciendo anuestros compañeros.
Quería decir que no está bien hacer lo que se les dé la gana, que no
se puede arrasar con el otro que no piensa como yo. Que queremos
dignidad. Que pueden haber posiciones políticas diferentes, pero que
no podemos aceptar que se legitime el crimen y la mentira como
necesidad, mal menor
. Ahora me siento 'víctima' de algo que me desconcierta. De pronto tengo
la sospecha de haber sido utilizados por unas mentes perversas para
legitimarse en lo suyo. Y víctimas de algunos pandilleros destructores
que encontraron la ocasión para realizar sus patologías. De pronto
siento que los violentos de uno y otro (oposición y oficialismo) lado
se juntaron una vez más para destruir cualquier alternativa sensata
posible para el Perú. La diferencia es que los violentos de un lado son
oficiales, son autoridad, pretender ser nuestros representantes. Y los
otros son individuos marginales, que no representan a nadie, ni nadie
se deja representar por ellos. Los primeros engañan a muchos niegan
ser lo que son, los segundos no engañan a nadie y todos sabemos que su
lugar es la cárcel.
Sigo desconcertado. No sé a dónde llegaremos. Pero sí sé que tenemos
que salir de aquí, que vamos a salir de este atolladero. Los
centenares de rostros jóvenes del 27 en el Paseo de la República y del
28 en el Parque Universitario y la plaza San Martín nos
confirman en ello. Más tarde o temprano tenemos que encontrar un
rumbo sensato posible, plural, de tolerancia y respeto entre nosotros.

2. Cinco preguntas que conducen a la infiltración ¿Quién fabricó la
asonada violenta? Un recuento de los hechos que rodearon la asonada
violentista podrian confirmar la versión de que se trato de una
operación de cirugía destinada a desvirtuar la Marcha de los
Cuatro Suyos:
a. Desde las primeras horas de la mañana, por los diversos jirones
que confluyen al centro de la capital ( calles Lampa, Camaná) se pudo
observar que pequeños grupos de vándalos provocaban a la Policía
lanzando piedras y otros objetos contundentes. A varios metros de
distancia se ubicaba pacíficamente el grueso de la movilización
popular.

b. ¿Por que el numeroso contingente policial (columnas de mas de 100
efectivos) no actuó con decisión capturando a estos elementos aislados?
Un rápido desplazamiento policial habría permitido la captura de los
provocadores. Esto no se hizo. El cordón policial no reprimió a los
agitadores. Mas bien se dedico a lanzar una impresionante cantidad de
bombas lacrimógenas contra los manifestantes pacíficos.

c. Poco a poco diversos edificios públicos, extrañamente
desprotegidos, fueron presa fácil de los elementos incendiarios. Así
se pudo observar en el Palacio de Justicia, el Jurado Nacional de
Elecciones, del Banco de la Nación y en la ex sede del Ministeriode
Educación. ¿Por que el alto comando policial no pudo redoblar la
vigilancia en estas sedes previniendo el ataque de los desadaptados
(aliados de los policias)?

d. Frente a esta desprotección, grupos de
delincuentes (10 o 15) encendieron impunemente las llamas en estos
edificios con papeles, banderolas y botellas de gasolina. ¿Donde
estuvieron los bomberos para apagar las primeras llamas de estos
incendios? ¿Por que se demoraron mas de dos horas para llegar a estas
sedes? El comandante del Cuerpo General de Bomberos, GuidoPodestá
afirmó que no tenían seguridad para desplazarse. ¿Dónde estuvo la
policía para brindársela?

e. Sobre la 1 y 20 de la tarde un reducido piquete de medio centenar
de personas ingreso sin problemas a la Plaza de Armas incendiando una
caseta de orientación turística de la Municipalidad de Lima en la
puerta de Palacio de Gobierno. Culminadas las
ceremonias oficiales, a esa hora la también denominada Plaza Mayor
estaba desprotegida. ¿Por que se replegó el numerosocontingente
policial? Alguien ordenó que dejaran pasar al piquete de incendiarios,
el mismo que minutos antes había intentado también prender fuego al
Palacio de Justicia.

3. ¿Quieren hablar sobre la muerte? No vamos a disputar con la derecha
siempre ventral que encarna Fujimori. Para nosotros, la vida es un bien
y hasta podría ser un placer si la encaráramos siempre con decencia y
sentido del prójimo. Por eso lamentamos las
muertes de ayer, surgidas -no se sabe- de la rabia callejera, el
lumpen alquilado por el SIN o la respuesta exasperada a la bestialidad
policial impuesta por Montesinos y su operador gaseoso, el loco Mejía.
Pero si hablamos de la muerte, hablemos también del cadáver de la
democracia peruana yacente en el Congreso, arrastrando cadenas en el
Ministerio Publico, insepulto en el Tribunal Constitucional, de cuerpo
presente en el poder judicial que Fujimori agusanó para sus fines. Y
hablemos de la muerte de la Constitución y del entierro de la separación
de poderes y de la muerte sin huellas ni mármoles de los 1.500
desaparecidos en las Cayaras del exterminio ¿es esto un Estado?.
¿Quieren hablar de la muerte? Pues hablemos de la muerte moral de una
mayoría que ya no lo es y que tuvoque hacer estallar todo asomo de
derecho para quedarse cinco años mas con el solo objetivo de que sus
robos prescribieran, sus asesinatos se olvidaran y sus inmundicias
personales fuesen difuminadas por el tiempo. Hay gente que tiene
derecho de hablar sobre
la muerte. Y hay gente que no lo tiene. Fujimori ni Toledo ni Alan
garcía ni Belaunde, por ejemplo, carecen de todo derecho para lamentar
muertes de modestos servidores que su "operativo de control impecable"
abandonó a su suerte a la hora del fuego. O que su soldadesca,
disfrazada de 'lumpen', asesino. No se sabe, pero se sospecha. Como no
sospechar de quien huye del honor y supera en cada quinquenio sus
propios crímenes.
Y como creerle a la gente que negó el asesinato de los muchachos de
La Cantuta o ideo la masacre de los Barrios Altos cuando ahora claman
al cielo por la violencia que ellos mismos han llamado en estos
últimos años.
Desde ayer,carecemos de un presidente constitucional -y nos importa un
bledo que la Casa Blanca diga lo contrario: ese es problema de los
mismos gringos que ayudaron a matar a Allende- pero no carecemos de
memoria. Y la memoria nos dice que quienes están manchados de sangre
hasta el tuétano son los esbirros del régimen.
De sangre, plata y promesas rotas. Ni carecemos de memoria ni carecemos de futuro. Y el futuro nos llama a vivir con dignidad, haciéndole entender a quien nos niega que su tiempo ha terminado. Y que los muertos de ayer no han sido un desgraciado e inútil episodio.

4. NOTICIAS RECIENTES JUICIOS CONTRA
ORGANIZADORES DE LA MARCHA
(Prensa nacional, 31.07.2000)

El juzgado permanente de turno de Lima abrió proceso a los organizadores de la "Marcha de los Cuatro Suyos" y a 155
detenidos (estudiantes , trabajadore, jóvenes) en la manifestación del viernes 28, por la presunta comisión de delitos contra la tranquilidad y la paz públicas.
Los enjuiciados fueron citados en el acto y tienen libertad restringida.

RESPONSABLES DEL INCENDIO AL DESCUBIERTO -
PRUEBAS DEL FRAUDE DESTRUIDAS (Prensa nacional,31.07.2000)
Un conocido diario local mostró fotografías en
las que se ve a los vándalos incendiando el Banco de la Nación. Según versión de un periodista de ese diario, en ese grupo habían lumpenes y actuó libremente sin ser reprimido por la policía. EL ex
decano del Colegio de Ingenieros, Gonzalo García, no
descartó el uso de productos fosforados e inclusive aditivos químicos esparcidos previamente en la estructura del edificio para
producirlo. Afirmó que de haber sido así, fue obra de manos expertas.
La congresista Mercedes Cabanillas planteó la necesidad de
iniciar una profunda investigación sobre los hechos del 28 y demandó
la formación de un equipo de peritos imparciales que se
encarguen de evaluar las causas y consecuencias del incendio y
derrumbe del local del Banco de la Nación. De otro lado, se informó que expedientes judiciales y denuncias contra los recientes comicios
presidenciales pendientes de resolver, se perdieron tras elincendio ocurrido en la sede del Jurado Nacional de Elecciones el pasado 28.

PERIODISTA ESTADOUNIDENSE HERIDO POR LA POLICÍA
DURANTE DEL 28 DE JULIO DEL 2000
( Prensa 31.07.2000)

Paul Vanotti, reportero de la agencia Public
Media Center, recibió el impacto de un proyectil de gas lacrimógeno en el ojo derecho, durante la Marcha de los Cuatro Suyos el
viernes 28 de julio. El artefacto, que salió disparado desde un vehículo policial, impactó en el rostro del periodista, quien llevaba puesta una máscara antigás. No obstante, la fuerza del proyectil rompió la máscara de protección y le quebró el tabique nasal, afectándole también la córnea del ojo derecho. "Vi que desde un camión policial salió un proyectil que golpeó mi cara" aseguró Vanotti al diario "El Comercio" (Diario de derecha), desmintiendo así las declaraciones del director de la Policía Nacional, general Fernando Dianderas, quien sostuvo que el objeto en cuestión había sido una piedra.
Vanotti se encontraba acompañado de la periodista estadounidense
Lizbeth Hasse cuando ocurrió el hecho: "Vi que salía sangre de su
cara.
Estaba gravemente herido. Lo cogí para sacarlo de allí.
Vi unos policías de verde parados frente a una tienda cerrada y les
pregunté en castellano dónde quedaba el hospital. Me
trataron mal, con indiferencia. Movieron la cabeza indicando que no
dirían nada", aseguró la periodista a el diario de derecha "El Comercio" el 29 de julio.
Tanto ella como Vanotti realizaban desde hace varias semanas una
investigación sobre la situación de la democracia en el Perú para la revista "The Nation Magazine" que se edita en Nueva York. El reportero fue evacuado al Instituto Nacional de Oftalmología (INO) donde dijo haber sido muy bien atendido. Manifestó también que el director del hospital, Luis Zúñiga, le dijo ese mismo día que tenía partículas de vidrio en la vista. Sin embargo al día siguiente, inexplicablemente, cambió su versión y dijo que se trataba de tierra, al parecer desprendida de una piedra.
Vanotti declaró a un diario local que el director y una dama que dijo ser la relacionista pública del INO, lo llamaron por teléfono la mañana del 29. "El director me dijo que debía decir que la
herida me la causó una piedra de los manifestantes" ( con estas amenazas trataron en los hospitales a todos los gravementes heridos por 'impacto de artefactos semi explosivos), afirmó. "esto se llama insulto al herido, a la víctima, por eso me indignó" sostuvo el periodista.

Aparecido en: albatros Ave critica y literaria
Publicación Lima, agosto del 2000.
albatros@c...


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